jueves, 18 de octubre de 2012

Miguel Ragone: Desaparecido el 11 de marzo de 1976



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http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/r/ragone
http://www.portaldesalta.gov.ar/gobernadores/ragone.html   |  www.miguelragone.blogspot.com   |  “Era un hombre honesto y consecuente con sus ideas”  



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Miguel Ragone 

Desaparecido el 11 de marzo de 1976, tenía 55 años.
Era ex-gobernador de Salta cuando fue secuestrado, presuntamente por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) el 11 de marzo de 1976. Permanece desaparecido.

Miguel Ragone nació en San Miguel de Tucumán un 25 de mayo de 1921, hijo de inmigrantes napolitanos y tercero de ocho hermanos.

Con grandes carencias dentro del seno de una familia humilde, Ragone llegó a Salta cuando tenía 12 años e ingresó al Colegio Nacional. Cinco años después egresó como bachiller e ingresó luego a la carrera de abogacía que tiempo después abandonó para dedicarse a la medicina en Capital Federal.

Cuando estaba a punto de finalizar su carrera, con el doble esfuerzo de trabajar y estudiar, junto a su compañero en la especialidad de neurocirugía, Raúl Matera, fue convocado por el ministro de Salud de Juan Domingo Perón, Ramón Carrillo, para que se desempeñara como secretario privado y colaborador del Plan de Salud y luego como director del Hospital Neurosiquiátrico en Salta. Allí comenzó a tomar participación en las determinaciones del peronismo a nivel nacional.

Con la inauguración del Hospital Neurosiquiátrico en Salta, Ragone se transformó en su primer director y tiempo después entró de lleno a la política salteña, integrándose a otros dirigentes políticos de aquel momento como Tomás Ryan y el ex gobernador Carlos Xamena.
A principios de los años 70, Ragone pasó a liderar la Lista Verde con la identificación del "médico del pueblo'', calificativo con el que se presentó como candidato a gobernador por el justicialismo salteño el 11 de marzo de 1973.

Perpetua para tres represores por el caso Ragone
La fórmula Ragone - Ríos obtuvo en aquella ocasión casi 121.500 votos, poco más del 57 por ciento de los votos del padrón electoral, en un triunfo aplastante sobre las otras fuerzas política de la provincia.

Ese mismo día, tres años después, un 11 de marzo de 1976, cuando la provincia estaba intervenida, Ragone fue secuestrado por un grupo de entre siete y doce hombres jóvenes, fuertemente armados, que se desplazaron por la ciudad sin ser interceptados, cuando salía del almacén de Don Arredes a tres cuadras de su domicilio.

Eran las 8.30 de un día lluvioso. Su cuerpo nunca apareció, convirtiéndose en el único ex gobernador desaparecido de la República Argentina.

El automóvil en el que huyó Ragone de los secuestradores, un Peugeot 504, se encontraron manchas de sangre y un zapato.

Al momento del operativo, el comando militar- policial actuó con metodología de "zona liberada" en las inmediaciones del pasaje Del Milagro y Apolinario Saravia, y recibió el apoyo aéreo de un helicóptero, en todo el tramo que va desde la zona del monumento Gral. Martín Miguel de Güemes hasta el matadero de la localidad de Cerrillos, donde en definitiva se encontró el automóvil.

En Octubre del 2004, se reabrió la causa sobre la desaparición de Regaone y de su investigación se desprende que habría existido una orden superior para realizar el operativo, avalado por el responsable del Tercer Cuerpo, Luciano Benjamín Menéndez y Antonio Domingo Bussi, jefe del Operativo Independencia.

Estuvo en la represión y quiere la recompensa por un desaparecido 

Es un ex policía, que en una reunión reservada contó detalles del secuestro del ex gobernador de Salta Miguel Ragone, ocurrido 13 días antes del golpe del 76. Luego de escucharlo, el Gobierno puso una recompensa de 50 mil pesos. ¿Iba a ser una paga a medida? Si se confirma que integró la patota criminal, debería ir preso.

Por Pablo Calvo
Cree que su verdad tiene precio. Tal vez sea un truhán, pero quizás tenga la llave para develar un misterio de 30 años: qué fue de Miguel Ragone, el único gobernador desaparecido de la historia argentina. Quiere hablar, pero no gratis. Es un policía retirado que impresiona a quienes lo escuchan, por los detalles con que envuelve su relato. Atrapó la curiosidad del Gobierno nacional, pero demora su presentación ante la Justicia. Siente que está en peligro y que necesita protección. Asume que muchos quieren verlo preso. Y viajó de Salta a Buenos Aires para registrar su versión en un acta reservada, hasta hoy desconocida. Clarín reconstruyó la historia de la primera recompensa que ofrece la Presidencia de la Nación por uno de los 600 desaparecidos durante el gobierno de Isabel Perón, tiempo y circunstancia que apenas se mencionan en el informe Nunca Más y permanecen casi inexplorados. El resultado es una trama sin final, donde reina el desconcierto, los errores de cálculo en altos niveles del poder, la expectativa política y la falta de condenas en una causa que ya lleva 30 años. El orden cronológico de los hechos permite desatar un primer misterio: la recompensa fue establecida 38 días después de la aparición de este supuesto arrepentido. ¿Pretendía ser una paga a medida? ¿Qué fue lo que contó, el 16 de mayo, que provocó gestos nerviosos en el seno del poder? ¿Servía su descripción para romper un pacto de silencio acorazado por tres décadas? ¿Alcanzaba para que el presidente Néstor Kirchner respondiera por fin la pregunta que le hizo su tutor político en la Patagonia, el ex gobernador de Santa Cruz Jorge Cepernic, sobre el destino final de Ragone?
Ragone nació en Tucumán en 1921, se mudó a Salta de niño, obtuvo el título de médico en 1948 y fue hombre de confianza de Ramón Carrillo, el célebre ministro de Salud de Juan Domingo Perón. En 1973 ganó las elecciones en Salta y gobernó la provincia durante 17 meses y 22 días. Depuró a la Policía provincial, se negó a usar viáticos, custodia y auto oficial. Lo acusaron de simpatizar con Montoneros, pero rechazó integrar la conducción del Partido Auténtico, brazo político de la organización, y fue crítico de sus acciones violentas. Para la Justicia, "quedó debidamente comprobado histórica y judicialmente que Ragone fue un ciudadano honesto y pacífico, que nunca adhirió a la lucha armada". Aun así, dijo a su familia: "Si estar del lado de los pobres es ser montonero, entonces soy montonero". Su administración no sobrevivió a la furia de la derecha peronista y fue intervenida en noviembre de 1974. Volvió a trabajar como médico en la Clínica Cruz Azul. Hasta que el 11 de marzo de 1976 —13 días antes del golpe militar— Ragone fue capturado por una patota de la represión ilegal, que ya usaba el permiso oficial para "aniquilar" a la subversión.
Desde aquella mañana, no se sabe dónde está su cuerpo, ni dónde la verdad. Es la misma mañana en que comienza el relato del arrepentido. Esto es lo que dijo: Que los secuestradores eran policías y que fueron convocados por radiograma para el operativo. El también. Dio nombres de los que actuaron, aunque se sospecha que faltan varios, sobre todo de la fuerza represiva conocida como la "Guardia del Monte". Que le habían asignado un papel secundario, vinculado al tránsito, y que, al menos al comienzo del día, no tenía ni idea de quién iba a ser el blanco. Que todos estuvieron listos y en posición a las 6.30, dos horas antes de la acción. Que la zona había quedado liberada. Que Ragone salió de su casa del pasaje Gabriel Puló 146 en su auto y dobló hacia la izquierda por la calle Del Milagro. Y que el abordaje se produjo una cuadra después, al cruzar el pasaje San Lorenzo. Era el camino habitual que tomaba hacia su consultorio, donde lo esperaban esa mañana. Que el ex gobernador fue golpeado en la cabeza con la culata de un arma de fuego e introducido a la fuerza en uno de los autos. Que hubo varios disparos. Que si bien casi nadie pasaba por allí a esa hora, la aparición de dos testigos complicó los planes y los captores les dispararon. Allí fue herida Margarita de Leal y murió Santiago Arredes, que atendía el almacén de la esquina y era hermano del inspector general de Policía, Roberto Arredes. Se piensa que reconoció a alguno de los captores. Que luego de una serie de maniobras de distracción, llegaron hasta el dique Cabra Corral (a 65 kilómetros de la capital salteña) y el cuerpo de Ragone fue metido en una caja especialmente preparada, con cemento adentro, para que se hundiera rápido. Que dos personas llevaron la caja, en lancha, hasta un catamarán, atracado a 100 metros de la costa. Que en este segundo viaje por el lago se buscó un lugar donde la profundidad estimada fuera de 60 metros. Que entonces la arrojaron al agua y enseguida se hundió. Todo lo que dijo, el último 16 de mayo, en Buenos Aires, fue asentado en un acta de cinco carillas, con escudo y membrete del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y —cosas del destino— la leyenda oficial "2006-Año de Homenaje al Dr. Ramón Carrillo", el primero en convocar a Ragone para la función pública. Todas las hojas exhiben tres firmas: la del testigo, la del jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Luis Hipólito Alen, y la de su equivalente salteño, Pedro Guillén.
 Ragone, Mártir de la democracia(Editorial América, 2006), obra colectiva con el auspicio del Gobierno de la Provincia de Salta, Ministerio de Gobierno y la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos. Clic en la imagen para descargar (pdf 3,5 Mb)
Tres fuentes consultadas por Clarín revelaron que el testigo se llama Víctor Hugo Viltes, quien no figuraba en los archivos oficiales sobre violaciones a los derechos humanos, pese a que en este caso se autoincriminó. Las tres fuentes afirman que el hombre quiere dinero. La validez de su confesión es un tema que decidirá la Justicia, pero el rango de los funcionarios que la oyeron (hubo más personas en esa reunión, por ejemplo el senador justicialista Marcelo López Arias) y los movimientos que siguieron después, dejan entrever que, al menos en parte, al hombre le creyeron. El 23 de junio pasado, a más de 30 años del secuestro, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, estableció la recompensa de 50 mil pesos "considerando —dice su resolución 1106— que en el presente estado de la causa surgen indicios acerca de la existencia de testigos presenciales de la privación ilegítima de la libertad del ex gobernador, que estarían dispuestos a prestar declaración testimonial". El incentivo, destinado a "todas aquellas personas que puedan aportar datos sustantivos" acerca del secuestro de Ragone, había sido solicitado por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, "en su calidad de parte querellante", señala la disposición. Lo que siguió después tampoco tuvo prolijidad. El acta fue enviada a la causa que se tramita en el norte del país, un poco en Salta y otro poco en Jujuy, pero el arrepentido no se presentaba a declarar, lo que restaba entidad jurídica a su relato.
En esa incertidumbre, el 16 de agosto apareció una solicitada en diarios nacionales y provinciales que daba cuenta de la recompensa especial "destinada a prorratearse entre aquellas personas que aporten datos útiles y fehacientes sobre los hechos". El título de la solicitada enojó a amigos y familiares de Ragone: "BUSCADO", decía en imprenta mayúscula. "¿Cómo 'Buscado'? Es un término para delincuentes", fue la queja. Mientras tanto, un debate en voz baja sobre la conveniencia de establecer recompensas generales para quienes en el futuro aporten datos sobre violaciones a los derechos humanos quedó congelado y el ambiente político se enrareció por la desaparición de Jorge Julio López, testigo del juicio contra Miguel Etchecolatz. En el caso salteño, el presunto represor-testigo-arrepentido —la Justicia escogerá el término exacto— se topó con otro obstáculo en su camino hacia la recompensa: Miguel Medina, el cuarto juez que lleva la causa, lo citó a declaración indagatoria, es decir que ya no lo considera un simple testigo, que no puede mentir porque incurriría en el delito de falso testimonio, sino que sospecha de su participación activa en el secuestro de Ragone. En esa condición, no está obligado a declarar en su contra, puede quedar preso y puede mentir. Sus palabras se convertirían en humo y la verdad seguiría atrapada. Además, la ley es clara: no puede pasar por ventanilla para cobrar ninguna recompensa si se comprueba que participó del delito, aunque sea en forma secundaria. El diccionario define a la represión como "Acto o conjunto de actos, ordinariamente desde el poder, para contener o castigar con violencia actuaciones políticas o sociales". Las fuentes consultadas por Clarín no dudan en calificar a este arrepentido como un "represor", en base a su propio testimonio. La última citación que le envió el juez Medina fue respondida con un certificado médico, donde se indica que Viltes no está en condiciones de declarar, aseguraron fuentes del juzgado. Cerca suyo, además, se sugiere que su vida corre peligro y que necesita protección oficial. Cuando los funcionarios nacionales y salteños evaluaron el cuadro de situación, se dieron cuenta de que habían cometido un grave error: que para esclarecer un crimen de "lesa humanidad", casi terminan pagando la declaración de un represor. Concluyeron que todo fue un enorme papelón, que no sirvió para encontrar la verdad sobre el destino final de Ragone. La solicitada que ofrece los 50 mil pesos nunca más volvió a salir.


Ragone fue permanentemente hostilizado y calificado como "zurdo" por sectores políticos peronistas que respondían al lineamiento del gobierno nacional de Isabel y López Rega, por el sindicalismo ortodoxo, la alta sociedad conservadora salteña y la jerarquía eclesiástica local, tradicionalmente reaccionaria y macartista.
La Triple A y la derecha, enemigos de Ragone
Miguel Ragone no protagonizó una excepción en la agitada realidad del peronismo en el poder de 1974: sufrió, aunque de manera más trágica, el sino de todos los gobernadores electos en 1973 con perfil combativo, en forzada fórmula con dirigentes sindicales vandoristas. Oscar Bidegain , en la provincia de Buenos Aires; Alberto Martínez Baca, en Mendoza; Jorge Cepernic, en Santa Cruz, y Ricardo Obregón Cano, en Córdoba, padecieron como Ragone, apenas llegados al poder, pero especialmente después de la muerte de Juan Perón, el 1º de julio de 1974, verdaderos golpes de Estado montados por la derecha peronista, con la hegemonía sindical vandorista, para la que esos gobernadores eran "zurdos infiltrados" y militantes montoneros. Es esa disputa por el poder en el movimiento peronista, agudizada hasta el nivel de la militarización, que explica la permanente ofensiva desatada contra Ragone, desde mayo de 1973, por la CGT y las 62 Organizaciones peronistas salteñas, lideradas por su vicegobernador, Olivio Ríos. Para el momento en que el gobierno de Isabel Martínez de Perón, en pleno apogeo del poder de su ideólogo y ministro de Bienestar Social José López Rega, dispuso la intervención federal a Salta y el derrocamiento de Ragone, el 24 de noviembre de 1974, ya habían corrido la misma suerte Obregón Cano y Bidegain, y pronto seguiría Martínez Baca.
Era difícil, sin embargo, visualizar en Ragone a un clásico representante de la izquierda, con su catolicismo militante, su pasado como discípulo del ministro de Salud del primer peronismo, Ramón Carrillo, y su experiencia como militante peronista de la Resistencia, tras el golpe militar de setiembre de 1955. Pero en una provincia con un poder conservador tradicional, con fuertes contrastes en la distribución de la riqueza, las preocupaciones sociales de Ragone y sus contactos con los sectores combativos del PJ lo marcaron rápidamente como uno de los enemigos de la poderosa estructura sindical. La caracterización se hizo más nítida cuando, frente a los ataques del sindicalismo vandorista de la provincia, uno de sus brazos de apoyo más importantes fue la CGT de Salta. Cuando Isabel visitó la provincia en la inauguración del Congreso Eucarístico, el 13 de octubre de 1974, la frialdad, casi la indiferencia, con la que trató a Ragone había dado la idea de que el fin de la gestión del gobernador estaba próxima. Sin medias tintas, el decreto de intervención firmado por el entonces ministro del Interior, Alberto Rocamora, acusaba a Ragone de "una total desvinculación respecto de los básicos lineamientos nacionales", y de "una manifiesta ineficacia represiva frente a la acción de fuerzas cuya actividad fue puesta al margen de la ley", en referencia a Montoneros. A días del golpe, Ragone fue secuestrado, obviamente a manos de las fuerzas paramilitares creadas por López Rega, como la Triple A. Los mismos que acribillaron a balazos a Atilio López, el único vicegobernador sindical que jugó hasta el final con su gobernador Obregón Cano.

 Símbolos de los grandes desencuentros nacionales: Manuel Dorrego, fusilado en 1828, y Miguel Ragone, desaparecido en 1976, primer y último gobernador argentino asesinado. Los dos enfrentaron los intereses de los privilegiados y ambos soñaron un país mejor. Pero hay una diferencia: al menos con Dorrego hubo un acta y alguien se hizo cargo. Las ratas que mataron a Ragone, en los últimos días del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, lo hicieron en las sombras de la clandestinidad.
La lucha por la memoria
El blanco y negro de las fotos que Clotilde repasa con sus manos suaves contrastan con los colores que estallan en su jardín. Fernando Pequeño la ayuda con los recuerdos, completa las frases que deja en el aire, la acaricia cuando el dolor quiere robarle una lágrima. "Me acuerdo perfectamente cuando le advertí que no se metiera en política. Si lo querían tanto como médico de pueblo", reprocha la abuela, de 85 años, mientras su mirada traspasa el tiempo para quedar frente a esa escena, donde Miguel Ragone la escucha y la calma, sabiendo que no le hará caso. El que la calma, de este lado de la mirada, es su nieto, embarcado en rearmar un rompecabezas familiar oxidado por décadas de silencio, sufrimiento y temor. Los dos reciben a Clarín una mañana de primavera, que al pie del cerro San Bernardo, en Salta, se siente como un abrazo del sol. "Reconstruyo a mi abuelo de a pedacitos, un día con el testimonio de un allegado, otro día con un documento, otro día con una persona que me para por la calle para contarme una anécdota sobre él. Quiero transformar la parálisis que hubo aquí durante tres décadas en acción. Es una búsqueda que me completa", dice este estudiante de antropología social, que de adolescente padeció la censura social sobre un caso que la sociedad salteña ocultó bajo la alfombra, y que ahora, de repente, sacó a la luz. El Estado le pagó una indemnización a la familia por haber sido víctima de la represión ilegal, pero el caso estuvo un largo tiempo silenciado. Hace 30 años, la viuda recibió el mocasín marrón que se le cayó a Ragone durante el forcejeo con sus captores. Los restos jamás aparecieron. "Igual sigo esperando. Ojalá haya noticias antes de que me muera".
Una anécdota pinta su sentido de solidaridad: a las pocas semanas de desaparecer Ragone, ella regaló toda su ropa a gente pobre de la provincia que la necesitaba. Fernando Pequeño también se mueve. Acompañó a Clarín a recorrer lugares emblemáticos de la vida de Ragone y ahora trabaja para que el futuro puente que se hará sobre el río Seco en Tartagal (el anterior quedó destruido por las últimas inundaciones) lleve el nombre de su abuelo y se convierta en un símbolo de la integración entre las poblaciones postergadas de Salta. Polémica: cuál es el límite ético para pagar El límite legal es clarísimo: si alguien participó de un delito, no puede cobrar ninguna recompensa por ayudar a esclarecerlo. El límite ético empieza a ser parte de un debate. El caso más actual es el de Jorge Julio López, testigo del caso Etchecolatz, por cuyo paradero se ofrecen 200 mil pesos. ¿Es correcto el incentivo? ¿Y si el que se presenta a cobrar tuvo que ver con la desaparición? Aquí las primeras voces de una polémica que asoma: Fernando Pequeño, nieto de Ragone: "Nunca negociaríamos con un asesino y sentí mucho enojo porque no nos consultaron cuando decidieron poner la recompensa". Luis Hipólito Alen, jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación: "Dudo que en el caso Viltes se pueda aplicar, porque los que aporten datos no tienen que tener ningún tipo de participación en el hecho. Y es el juez el que debe determinar si es un testigo valioso que merece ser recompensado". Pedro Guillén, secretario de Derechos Humanos de Salta: "La recompensa es un mecanismo genérico. Se habló de esto antes de la aparición de Viltes, quizás faltó formalizarlo. Tal vez no sea lo mejor desde el punto de vista ético, porque los ciudadanos tienen la obligación de declarar". Jesús Pérez, ex ministro de Hacienda de Ragone: "Una recompensa puede dar una solución, pero el juez debe analizarlo bien. A veces hay 'perejiles' que pueden ayudar a resolver una verdad histórica". Gregorio Caro Figueroa, historiador: "Me parece que es un recurso extremo y discutible, que puede abrir una vía riesgosa, porque pueden surgir testimonios y pistas falsas". Juan Carlos Villamayor, ex secretario de Prensa de Ragone: "Supongo que tuvieron buena voluntad, pero en este caso lo hicieron muy mal".

Fuente: lafogata.org, 2006

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A propósito del crimen del doctor Miguel Ragone
Por Gregorio Caro Figueroa

De la politización del crimen a la criminalización de la política

"Cuando los acontecimientos vividos por el individuo o por el grupo son de naturaleza excepcional o trágica, el derecho (a la memoria) se convierte en un deber: el de acordarse, el de testimoniar" (Tzvetan Todorov)

Asegura León Poliakov que hay una relación entre "la visión policíaca de la historia", que imputa todas las desgracias del mundo o de un país a una organización maléfica (brujas, burgueses, inmigrantes, oligarcas, judíos, marxistas, masones, cipayos, sinarquía, curas, etc.), y la seducción que ejerce sobre la mente humana el presunto hallazgo de "una causalidad elemental y exhaustiva", equivalente a la causa única y primera.

Durante los años '70 en la Argentina, dentro de un contexto marcado por la prolongación de la "guerra fría", esa visión policíaca de la historia, combinada con la causalidad diabólica y el odio por ella generado, fue la que presidió las disputas por el poder. El enfrentamiento de supersticiones ideológicas y la lucha armada entablada por el terrorismo y el contra terrorismo, actuaron combinadamente para desalojar del escenario a las ideas, al conflicto y a la confrontación política civilizada.

Para ser completa, semejante visión necesitaba -además- identificar al Enemigo, paso previo para su posterior eliminación. Para ese tipo de mentalidad, el círculo donde anidaba el Enemigo, portador del Mal, era amplísimo, de límites elásticos hasta lo arbitrario. En la Argentina de aquellos años, ese círculo incluía no sólo a "los subversivos, sus colaboradores, los simpatizantes, los indiferentes": alcanzaba, también, a los "tímidos".
"En un clima de ansiedad y de incertidumbre, la superstición puede proliferar a su antojo", anotó James Web. En ese clima predominante en el país durante la década de los '70, era necesario encontrar una causa maligna, señalar las organizaciones que la promovían e identificar al Enemigo como agente portador.
Portada de la revista de ultraderecha Cabildo, donde se marcaba a los gobernadores de la Tendencia, como marxistas.
Esa identificación era el paso que precedía a la depuración. Salta no fue ajena a ese clima de época dominado por la sospecha y la caza de brujas. Entre 1973-1974, el argumento central y final que usaban los grupos violentos enfrentados en Salta tenía una simetría perfecta.
Mientras la llamada izquierda peronista o Montoneros instaba a defender "al gobierno popular" presidido por el doctor Ragone, depurándolo de "infiltrados de derecha, reaccionarios y traidores", los sectores identificados con la Patria Peronista convocaban a "erradicar a los marxistas infiltrados" para, luego, derrocar al gobierno provincial.
Desenterrando las oxidadas armas de la Inquisición, pero sin las formalidades del proceso inquisitorial, ambos extremos se colocaban como guardianes de la "pureza doctrinaria". La delación se abrió paso en un terreno abonado por la sospecha y el rumor públicos que adquirían fuerza de argumento condenatorio en el "por algo será" y en el "algo habrá hecho". La desaparición forzosa de personas fue la expresión más cruel de esa "pedagogía del miedo" con la cual una dictadura buscó imponerse, aterrorizando a la sociedad.

Pero la acción de una Inquisición no se despliega en el vacío. Por el contrario, ella "ayudó a institucionalizar los prejuicios y actitudes que antes de ella eran lugar común en la sociedad", dice Henry Kamen. La brutal simplificación ideológica fue acompañada de una intensificación de las pasiones, y ambas marcharon por delante abriendo paso a la "depuración ideológica" que desembocó en la aniquilación física del Enemigo.

En una sociedad como la salteña, todavía a finales de los años de 1930, muchos creían que "El dogma socialista" de Esteban Echeverría era un libro peligroso, y en 1962 otros pensaban que los militares del sector Azul (Onganía, Lanusse y los generales salteños Enrique Rauch y Carlos Augusto Caro) eran "comunistas". La nueva Inquisición encontró aquí un terreno roturado. Sin tener en cuenta esto, no se comprenderá cabalmente el porqué, en Salta y Jujuy, hubo más de 310 víctimas de la violencia en esos años.

No se trata de diluir en la sociedad la culpa de lo que sucedió en los años '70, pero tampoco de desvincular totalmente a esa sociedad de aquella tragedia. Menos aún, de trasladar la responsabilidad a la pugna interna del justicialismo local que existió y fue dura, pero que sólo la malévola intención de un represor puede involucrarla ahora en el secuestro del doctor Ragone.

La disputa interna precipitó la intervención federal a la Provincia. Pero fue la represión ilegal la que eligió a Ragone como blanco del secuestro más resonante perpetrado en Salta. Lo hizo para multiplicar el terror advirtiendo que, de un ex gobernador para abajo, nadie podía estar ya seguro ni tranquilo, y que la vida de cualquiera estaba en manos de feroces asesinos encapuchados. La pedagogía del terror debía aplicarse implacable, contundente.

Habría que remontarse a las primeras décadas del siglo XIX, en el escenario de la Guerra de la Independencia y luego de la Guerra Civil, para encontrar un antecedente parecido de una violencia de tan alta intensidad como la que impregnó a la provincia entonces.

En aquellos años, las opiniones moderadas no eran escuchadas; la sensatez era tenida por cobardía. Como en el peor momento de nuestro siglo XIX, las discrepancias y los matices fueron equiparados a "traiciones". El ametrallamiento y posterior allanamiento de la casa de mi padre, siendo Senador de la Nación, fue uno de los precios que él pagó por su condena a aquellas violencias cruzadas y por su firme defensa de las instituciones.

El desprecio a la vida y la ley alcanzó su máxima intensidad. El rechazo a las precarias "libertades burguesas" se volvió contra quienes las inmolaron en los altares de una "liberación nacional" que se proponían imponer pisoteando, a partir de la individual, todas las otras libertades.

En el país y en la provincia entonces ocurría lo que en la España del siglo XVI: "Estamos pasando tiempos difíciles, en los que no se puede hablar ni callarse sin peligro", escribió el humanista Luis Vives a Erasmo en 1535. La muerte física estuvo precedida por la muerte de las ideas y por la supresión de las reglas de juego de la política.

Plagiando a Mao, Firmenich decía: "El poder político viene de la boca de un rifle". Inspirado en el fascismo y en el estalinismo, desplegaba la "dialéctica del puño y las pistolas". La espiral de violencia llevó a lo que el filósofo francés Bernard Henry-Levy caracterizó como el tránsito de la politización del crimen a la criminalización de la política.

Sólo en un clima de irracionalidad y cacería de brujas pudo prosperar aquella acusación que se hizo al gobierno que presidió Ragone: la de haber montado un aparato plagado de "marxistas", lo que era sinónimo de "subversivo". El simple repaso de la lista de sus ministros, secretarios de Estado y directores de organismos gubernamentales, refuta esa acusación. Las designaciones que hizo Ragone tuvieron más en cuenta su amistad personal con los nombrados que afinidades políticas.

Esa acusación además de falsa, era excesiva: en Salta nadie podía acreditar sólida formación marxista. Además, las pequeñas sectas de esa confesión habían llamado a votar en blanco en marzo de 1973 agitando la consigna "ni votos ni botas". Otras, habían enfrentado al Justicialismo presentando candidatos propios. El izquierdismo universitario recibió con frialdad a Ragone cuando éste visitó la UNSa en abril de 1973. Recién después del derrocamiento de Salvador Allende, esa distancia se transformó en deseo de llegar a un matrimonio de conveniencia.

Fuente: www.clubdelprogreso.com

Sobre Salta, montoneros y Ragone 

Por Ramiro Daniel Escotorín

Cuando encaré el proyecto de investigación sobre el periodo histórico de nuestra provincia que transcurre durante la primera mitad de la década del setenta tenía plena conciencia que estaba encendiendo una luz sobre una etapa sobre la que se le había echado un poderoso manto de sombras, es decir de olvidos y desmemorias. Treinta años después de aquellos días los salteños nos debíamos un serio y profundo debate sobre lo ocurrido, sus actores, las causas, los efectos, los responsables. Porque la tragedia, la masacre desatada desde el 24 de marzo (y antes también) en la Argentina nos obliga a una revisión aguda y profunda para que ese pasado reciente tan presente aun, nos abra sus enseñanzas que necesariamente contienen los nombres de quienes de distinta forma fueron responsables de lo acaecido.


Miguel Ragone rodeado de sus seguidoresPero este trabajo lejos está, porque así entiendo la Historia, de cualquier pretendida y ciertamente falsa neutralidad. Por eso el enfoque y la temática marcan desde un comienzo desde donde me paro para desarrollar el trabajo. Decía que “Salta montonera” es una luz en la oscuridad, o mejor, haber abierto la pesada puerta que nos introduce a ese pasado hasta ayer clausurado. He ahí uno de los méritos de este libro y así lo reconoce Armando Caro Figueroa en la elogiosa introducción de su nota “Pero ¿fue alguna vez Salta, montonera”?. Debo expresar mi agradecimiento a esos elogios pero también mi beneplácito porque tal como señala ACF, sirve ya para llevar adelante este debate constructivo.

Sobre montoneros, montonera y Montoneros

Los gobernadores de la TendenciaDurante el periodo constitucional que fue desde el 25 de mayo de 1973 al 24 de marzo de 1976, de los 22 gobernadores elegidos, 6 fueron reemplazados sin mediar elección.
En Misiones el gobernador y el vicegobernador fallecieron en un accidente de aviación. En primer término fueron sustituidos por el Presidente de la Legislatura y posteriormente por una intervención federal, llamándose finalmente en 1975 a elecciones para elegir nuevo gobernador.
Pero en otros cinco distritos – Córdoba, Buenos Aires, Mendoza, Salta y Santa Cruz - por diversos mecanismos, se forzó el cambio de gobierno con una clara motivación ideológica.
Cinco gobernadores reemplazados pertenecían al grupo denominado Tendencia Revolucionaria o habían pasado a ser dirigentes del Partido Peronista Auténtico, brazo político de esa corriente.
Señalamos que el justicialismo en pleno llevó como candidatos a gobernadores en las elecciones de marzo de 1973, en distritos muy importantes, a políticos que simpatizaban más o menos abiertamente con la Tendencia Revolucionaria. Apenas seis meses después, el giro fue de tal magnitud que, a modo de ejemplo, en 1975 en Córdoba y por unos días, fue interventor Luciano Benjamín Menéndez (1)

Cambios de Gobernadores electos entre 1973 y 1975

Buenos Aires - Oscar Bidegain (renuncia) 23/01/74
Córdoba - Ricardo Obregón Cano-Hipólito Atilio López (2) 02/03/74
Mendoza - Alberto Martínez Baca junio de 1974 (juicio político y posterior destitución por la Legislatura).
Mendoza - Carlos Mendoza 03/08/74 Intervención por ley del 13/08/74
Santa Cruz - Jorge Cepernic 07/10/74
Salta - Miguel Ragone 23/11/74 (decreto de intervención firmado por el Ministro del Interior, Alberto Rocamora)
Misiones - Luis Ángel Ripoll 21/01/75

(1) Decreto de Italo Luder que designó interinamente en el gobierno provincial al Comandante del III Cuerpo de Ejército, General Luciano Benjamín Menéndez, 19 de septiembre de 1975.
(2) En Córdoba fueron derrocados tanto el gobernador como el vicegobernador. Posteriormente el vicegobernador fue asesinado por la Triple A.

Gisela Candarle  |  www.fundacionbicentenario.org
El título del libro debo reconocer que más que un recurso literario, preferencia política o etcéteras varios responde a una profunda veta personal de provocador. En ningún momento ni siquiera insinúo que Salta haya estado en manos de esta organización ni mucho menos que el ex gobernador haya tenido algún vínculo orgánico. No obstante el título expresa algunos conceptos sobre el término “montonero” sobre los que me explayo en la introducción del libro: desde la resistencia peronista hasta el surgimiento de la organización político militar en 1970 el término fue reivindicado por los grupos peronistas resistentes, juveniles o revolucionarios que enlazaban ese presente con las montoneras federales del siglo XIX. La corriente revolucionaria en el interior de movimiento peronista a lo largo de los sesenta se reflejó en aquellos hombres de ponchos y tacuaras; una de esas organizaciones tomó el monopolio del nombre y a la luz de diversos factores se convirtió en la fuerza principal, aglutinante de ese sector, la denominada tendencia revolucionaria peronista, la “tendencia” (1971-1973). Las divergencias al interior de esta fracción dividió aguas y los errores de la Organización Montoneros los condujo a un aislamiento progresivo (1973-1975) que no obstante siguió siendo la mayoritaria.

Este emergente político fue uno de los tantos de un periodo en el que de diversas formas las clases populares tomaron un protagonismo político tal, que significó la más alta disputa de poder en el siglo XX por parte del movimiento popular. Seguramente que esta tesis será objeto de refutaciones, pero lo que es inobjetable es la conclusión de este proceso, cuya culminación se expresa en los miles de asesinatos, secuestros, torturas y desapariciones forzadas de militantes, dirigentes, intelectuales de las organizaciones populares y otros tantos de exiliados. No se explica esta cacería feroz si no es por la propia percepción de las clases dominantes del peligro en ciernes de su poder.

Salta no fue la excepción a este momento, muy por el contrario la gestión de Ragone fue una de las pocas que estuvieron en el ojo de la tormenta. Aquí se mezcla el proceso nacional y las particularidades de la provincia. Desde el momento mismo de su proclamación como candidato a gobernador en el polémico congreso de diciembre de 1972, se ganó la oposición de buena parte de las agrupaciones partidarias de PJ, hecho que derivó que en Salta no se armara el FREJULI. El apoyo orgánico a Ragone provino de su lista verde, de fracciones de la JP entre las cuales estaba la JP Regionales, agrupaciones menores y la gran masa de sectores populares por fuera de aquellas opositoras.

Ciertamente no quiero aquí soslayar mi intención de reivindicar a esa generación política, esos militantes que con su idealismo, sus convicciones, sus acciones y sus errores pusieron el cuerpo, la mente y sobre todo sus vidas en pos de un modelo diferente.

Armando Caro Figueroa califica a Montoneros de “neo-peronistas”. La categoría es en si misma incorrecta para su aplicación a este grupo. El neo peronismo fue la corriente surgida a principios de los sesenta a raíz de la proscripción del peronismo y del partido, lo que derivó en el surgimiento de partidos encabezados por dirigentes o ex dirigentes peronistas pero que excluían a Perón de su discurso. Buscaban un peronismo sin Perón, algo que también intentaría el dirigente metalúrgico Augusto Vandor. Por el contrario Montoneros nace reivindicándose como peronista y peleando por el retorno del General a la Argentina como líder del pueblo; Perón avala y legitima sus acciones y les da cabida en el seno del Movimiento Nacional Justicialista.

La segunda apreciación que reitera prejuicios de esa época es la que se refiere al origen antiperonista de sus integrantes o de sus familias, sus procedencias sociales de la pequeña o mediana burguesía, etc. Si bien esto alcanzaba a algunos de sus integrantes, no era el caso de la mayoría. Recordemos incluso que contó con la adhesión de dirigentes históricos caso Framini, Viel, Cabo, o los ex gobernadores Martínez Baca, Bidegain, Obregón Cano.

En el caso de Miguel Ragone si bien tenía afinidad con algunos de estos dirigentes no perteneció a la organización político militar, pero no los condenó, ni los estigmatizó; por el contrario les abrió las puertas y permitió su participación en algunas esferas del gobierno provincial. Aquí aparece el elemento de ruptura entre la idea difundida del aparato militarista o terrorista y el accionar político de sus dirigentes y militantes que desde sus organizaciones de masa (JP, JUP, UES, JTP, etc.) con mayor o menor suerte lograron una innegable inserción en el seno del pueblo peronista. Que los errores cometidos, el devenir del proceso político, las acciones de sus adversarios y enemigos los fueron aislando, es un tema que se puede acordar, pero no niega lo anterior, ni sus aportes a una lucha donde como dije arriba, algunos dejaron sus vidas.

Las muertes de miles de ellos, aun en la etapa democrática muestran que se estaba disputando mucho más que simples espacios o cargos de gobierno. Por razones más que claras, desde la historia oficial se oculta o se minimiza que Ragone fue secuestrado antes del golpe de estado, mientras gobernaba María Estela Martínez y en Salta regía aun la intervención federal que lo había depuesto en noviembre de 1974. Ragone no era montonero, pero entonces ¿Por qué lo secuestraron y lo asesinaron? La respuesta está al alcance de la mano, y nos remite a nuestro presente: Ese peronismo histórico, transformador, progresista y hasta revolucionario se enfrentaba inevitablemente con el otro, el conservador, el pragmático, el del orden. Derrotado el primero el otro emerge en 1983 (Romero en Salta entre otros), y se consolida a nivel nacional con Menem en 1989 y otra vez con Romero jr. en Salta en 1996. Y no es una cuestión de nombres, es el PJ que se reconvierte en una nueva fuerza, ahora sí neo peronista, el pejotismo. Entiéndase que hablo de responsabilidades políticas, no jurídicas.

Verticales, ortodoxos y peronistas

La situación del movimiento obrero en la provincia de Salta en esos días no era muy distinta de lo que sucedía a nivel nacional. Una fuerte pugna entre un sector sindical que buscaba posicionarse con un margen de independencia política y autonomía gremial (Rucci) sin sacarse la “camiseta peronista”, otros quienes bregaban por un sindicalismo de liberación alternativo (Ongaro), quienes jugaban su suerte al proyecto peronista pero buscando convertirse en cabeza del movimiento (Miguel). En ese esquema la JTP (Montoneros) andaba erráticamente sin acertar con una política concreta, sin capacidad para disputar la CGT, ni construir una alternativa. Pronto Ongaro y su breve experiencia de la CGT de los Argentinos quedó en minoría, pero sobrevivió un movimiento en las bases que cuestionó de diversas formas a una conducción sindical que se perpetuaba tras el reiterado discurso de la lealtad y la verticalidad.

En un periodo tan crítico era difícil separar acción gremial y política. Es más el emblema peronista era el carnet de presentación y permanencia en el mundo sindical, Vandor (UOM) fue brutalmente sincero cuando reconoció que “si se sacaba la camiseta peronista no duraba ni un día en el sindicato”. La multiplicidad de conflictos gremiales por fuera de las conducciones en el periodo 1973-1975 incluido el “rodrigazo" expresan el nivel de autonomía de los trabajadores respecto de sus dirigentes quienes apelaban a la consabida acusación de “infiltrados”, “troscos”, “bolches”, etc. para reprimir sus luchas y sostener su poder. De igual manera el aporte sindical a la campaña electoral de 1973 fue sustancialmente menor al de los sectores juveniles y de la izquierda peronista.

El Descamisado Nº 24, 30 de octubre 1973. Objetivo de los enemigos de adentro: Tirar contra los gobernadores. Clic para descargar
En el caso de Salta las divergencias surgidas en el congreso partidario llevaron a un retiro de apoyo por parte de la lista Azul y Blanca de Bravo Herrera vinculado a su vez con las 62 Organizaciones de Amelunge. Para esos días Olivio Ríos era una figura más simbólica que real en términos de peso y poder en el movimiento sindical. Las 62 conducida por Lorenzo Miguel (UOM), era el fiel de una balanza donde el poder se medía de acuerdo a la verticalidad con este sector mas que con el propio Perón.

En ningún momento sitúo a Ríos en el espacio de la burocracia sindical (tan real y existente en ese momento como antecedente del actual sindicalismo empresario), pero es ineludible el rol que juega a partir de 1974; habrán dudas que el tiempo y los testigos de esa época irán resolviendo: ¿Por qué actuó Ríos de la manera que lo hizo en mayo de 1974? ¿Fue una jugada intencional para desestabilizar a Ragone? ¿Fue una acción concertada con el resto de la oposición?. Las intenciones y motivaciones quedan en segundo plano igualmente ante los hechos y los efectos determinados. Los hechos de mayo de 1974 dejaron herido de muerte al gobierno, que con una oposición ya abierta y generalizada acusándolo no ya de tener infiltrados y montoneros sino de ser montonero, transitó el camino final hasta la intervención en la mayor soledad política agravada por la muerte de Perón que deja el camino expedito a la derecha peronista.

La “verticalidad” era una cualidad que unos pocos podían reconocer y se accedía a ella por el simple trámite de no cuestionar nada y a nadie. Esa es la base de la intervención federal a nuestra provincia que, como bien recuerdo en mi libro, estuvo a cargo del mismo sector que en Córdoba había participado en el Navarrazo, golpe policial que derroca a otro gobernador “montonero”, Ricardo Obregón Cano. En la intervención participan muchos de los opositores a Ragone, incluido con un cargo menor el ex vicegobernador. Quizás finalmente la ironía de aquel cronista de El Intransigente haya sido una fatal realidad cuando le sugería al entonces gobernador “que los meta en el presupuesto” como solución final a todos los problemas con la oposición local.

No era tan simple la cosa, de todas maneras, porque los hombres dispuestos en el juego de la historia, son dueños de su voluntad para decidir frente a dilemas políticos o morales, pero en el contexto de un escenario cuyo lugar y tiempo, es decir sus formas y actores no eligen. En ese escenario cada uno, cada personaje, cada grupo o sector político hizo una opción conciente. El juicio de la historia no es más que la obligación de poner sobre la mesa de debate social los elementos que permitan sacar conclusiones siempre provisorias pero cada vez más certeras sobre los actores y sobre el proceso mismo, sin que esto implique condena. La sentencia de la historia está en el aprendizaje y capacidad de moldear un futuro que interpele ese pasado revirtiendo el presente y allí la Historia requiere de colectivos sociales, como siempre

28 de junio de 2008

Fuente: www.iruya.com

Acta del 6 de Julio de 2001 

Juicio por la Verdad, Salta.

///La ciudad de Salta a los seis días del mes de Julio del dos mil uno y siendo horas 9:20 comparece por ante este Tribunal una persona previamente citada, quien acreditando identidad manifiesta llamarse OSVALDO ALFREDO VARGAS FLORES, de identidad argentina, de estado civil casado, D.N.I. N° 10.493.463, de profesión u ocupación policía, con domicilio calle Jazimaná N° 100 Grupo 200 Viviendas B° Castañeda de esta ciudad. Declarado abierto el acto en presencia de S.S. y la Sra. Secretaria se la hace saber los motivo de su citación y que se le recibirá declaración testimonial, con la prevenciones prevista por el art. 440 del C. Pr., sobre falso testimonio. En este acto se procede a leer la lista de desaparecidos que se encuentran agregados a fs. 34/36, A LA PRIMERA PREGUNTA POR LA LEY GENERAL contestando dijo: que no le comprenden. Que conoció al Sr. Miguel Ragone por su investidura como gobernador de la Provincia durante su mandato. Que también conoció de vista al Sr. Pedro Bonifacio Vélez, quien perteneció a la fuerza policial. A LA SEGUNDA PREGUNTA para que diga el testigo si perteneció o pertenece a la Policía de la Provincia y en su caso desde que año , y que cargos ocupó en dicha fuerza de seguridad, contestando dijo: Que ingreso en el año dicha fuerza de seguridad, contestando dijo: Que ingreso en el año 1.972/73 estuvo en la escuela de cadetes de la Policia de la Provincia y que egreso a fines de 1.973 como oficial subayudante. Que durante los años 1.974/1.976 revistó o prestó servicios en la Seccional Primera de Policia con el cargo de Oficial Ayudante. Que en el año 1.977, 1.978 y parte del año 1.979 prestó servicio en la compañía Guardia de Infantería de la Policia, que allí ascendió a Oficial Auxiliar. Que luego al Destacamento de Vaqueros desde abril de 1.979 . Que en el año 1.980 prestó servicio en la Comisaría 
Séptima del Barrio el Tribuno de esta ciudad. Que estuvo en la guardia de la Casa de Gobierno. Que posteriormente paso a la comisaría del Menor durante los años 1980/81. Que en el año 1.982 pasó a prestar servicio en la Comisaría N° 35 de la ciudad de Orán. Que fines de 1.982 asciende a Oficial Principal y lo destinan al destacamento de Aguas Blancas . Que en el año 1.984 es trasladado a la Comisaría N° 7 de la Ciudad del Milagro de esta ciudad. Que en el año 1.985 fue jefe del destacamento San arlos - Dpto. San Carlos. Que en el año 1.986 prestó servicio en la comisaría segunda. Que en el año 1.987 vuelve a la compañía Guardia de Infantería. Que en ese año ascendió a Subcomisarío y paso a la Comisaría N° 17 de Menores. Que en el año 1.989 es Segundo Jefe de la Seccional Novena. Que en año 1.990 pasó a la Dirección de Drogas Peligrosas. Que en ese año asciende a Comisario. Que en el año 1.991 pasa como Jefe de Cuerpo de la Escuela de Cadetes. Que en el año 1.992 pasó a ser jefe de la Comisaría Novena. Que en el 1.993/94 volvió a la Escuela de Cadetes. Que en ese año asciende a Comisario Principal. Que en los años designado como Segundo Jefe de la Regional N° 6 de Cafayate. Que a fines de 1.997 es designado como Comisario Inspector, y es destinado como Director General de Drogas Peligrosas. Que a fines del año 2.000 asciende a la jerarquía de Comisario Mayor, cargo que continua ocupando en la actualidad. A LA TERCERA PREGUNTA para que diga el testigo si dentro de la fuerza es común el cambio continuo de funciones, conforme lo detallado precedentemente, contestando dijo que : que si. Que es común la rotación del personal dentro de las distintas dependencia, sobre todo en el caso de los oficiales, como lo es el dicente. A LA CUARTA PREGUNTA PARA QUE diga el testigo donde prestó servicio durante el año 1.976, contestando dijo: en la comisaría Primera. A LA QUINTA PREGUNTA para que diga el testigo si tuvo conocimiento o recuerda sobres las circunstancias que precedieron a la desaparición del Sr. Miguel Ragone, contestando dijo: Que como oficial joven a la fecha de la desaparición del Dr. Ragone, no tuvo participación directa ni indirecta en la investigación respecto de su desaparición. Que solo tuvo conocimiento por los reportes periodístico de esa fecha y por comentarios que se hicieron dentro de la misma fuerza. A LA SEXTA PREGUNTA PARA QUE DIGA EL TESTIGO SI recuerda cuales fueron los comentarios que se hicieron en esa fecha sobre la desaparición del Dr. Miguel Ragone, contestando dijo : que se comentó sobre el hecho que tomó tanta trascendencia en ese momento, pero que no sobre puntos específicos sobre el hecho en sí. A LA SEXTA PREGUNTA PARA QUE DIGA EL TESTIGO si tiene algún familiar en fuerza policial y en su caso que cargo ocupó durante el año 1.976 y que destino, contestando dijo : que si,. Que tiene un hermano de nombre René Isaac Vargas Flores. Que cree que en el año 1.976 prestaba servicio en la Escuela de Cadetes, que era oficial ayudante. Que en la actualidad el hermano del dicente ocupa el cargo Comisario Mayor, se desempeña como director de Instrucción Policial - Escuela de cadetes, en la calle Arenales de esta ciudad. Con lo que no siendo para más se da por finalizado el acto, previa lectura firma el compareciente para constancia y ratificación después de S.S. por ante mi que doy fe.-

Sr. Osvaldo A. Vargas Flores

Dr. Miguel A. Medina
Juez Federal

Mariela Alejandra Jiménez
Secretaria

Pensamiento Político de Miguel Ragone. Único gobernador constitucional secuestrado y desaparecido

Por Myriam Corbacho y Raquel Adet

REVISTA 2 ESCUELA DE HISTORIA, Año 2, Vol. 1, Nº 2, 2003

Consideraciones generales.

Después de la larga abstención sufrida por el Partido Justicialista, sus dirigentes, de regreso a la lid política, se encuentran con una sociedad donde la alternancia de gobiernos de facto con democracias débiles tendían a encerrar al país en gobiernos con ideologías cada vez más conservadoras.

Para mal o para bien la sociedad argentina había mutado profundamente. Perón, desde Madrid continuaba ejerciendo un papel tutelar y alentó la violencia desatada primero por el Peronismo de la Resistencia y luego por jóvenes entusiastas integrantes de las organizaciones armadas.

En esta sociedad polarizada y compleja, el Movimiento Peronista, reflejaba en sí todas las contradicciones existentes. El GRAN AUSENTE alentaba a la rama juvenil, la Juventud Peronista (JP), que actuaba por cuenta propia y no estaba dispuesta a someterse a la vieja dirigencia de mentalidad verticalista. Pero la corta primavera revolucionaria, vivida con el Tío Cámpora, llegó a su fin con el retorno de Perón, decidido a terminar con la revuelta armada.
En su mensaje del 1º de Mayo de 1974, censuró la herejía armada, fustigó a los jóvenes y los echó de Plaza de Mayo. Condenó a las organizaciones juveniles a desaparecer. Los jóvenes insumisos optaron por la clandestinidad. La dura lucha ideológica en el seno del Movimiento, señala que, numerosos dirigentes la JP y otras organizaciones, estaban más próximos a ideales revolucionarios de izquierda que de la ortodoxia peronista.

El líder, por su parte, envejecido y enfermo no asumía que el Movimiento Justicialista nunca volvería a ser lo que fue en los años del nominado peronismo histórico, pues el país había cambiado totalmente. La promesa ideal de volver al edén perdido se hacía trizas frente a la realidad de un país desgarrado por la violencia económica, la violencia social y la violencia política. Algunos jóvenes argentinos creían en la acción directa y hacia ella se lanzaron.

Consideramos necesario un acercamiento, "a vuelo de pájaro" al pensamiento político, del Movimiento Justicialista y a sus principios fundamentales.

Para acercarnos a tema tan complejo vamos tomar dos hipótesis formuladas por Robert Michels (1876-1936) que pueden ser aplicadas al PJ. Las mismas son comentadas por el sociólogo italiano, Alessandro Pizzorno, quien nos brinda un muy buen estudio del autor nombrado. De su obra sacamos una serie de elementos para ejecutar un análisis muy generalizado pero verosímil del Movimiento Justicialista desde su génesis hasta la muerte del caudillo, en julio de 19741.

Señalamos así:

1) Poderes discrecionales del Movimiento y su tendencias a asumir una estructura oligárquica

2) Abandono de los fines específicos para fortalecer la auto-conservación partidaria.

No hay que dejar de lado caracteres muy conocidos y estudiados del Movimiento: nacionalismo y verticalismo, prácticas propias de los partidos de masa y características de la tan criticada URSS, como el culto de la personalidad y el todopoderoso partido.

Para comprender su influencia en el pensamiento político de Ragone, debemos agregar los insistentes y oportunistas mensajes de Perón, desde antes de su regreso, proponiendo: el socialismo nacional, la consigna liberación o dependencia y su aspiración personal a liderar ese movimiento en Latinoamérica.
Planteamos las dos de la tesis comentadas por Pizzorno:

1).- El autor se pregunta: ¿cómo se manifiestan las tendencias oligárquicas en un partido y cuáles son sus indicadores? Los indicadores que nos permiten diagnosticar la tendencia del Movimiento Peronista a asumir una estructura oligárquica, serían, según el autor: "[...] tendencia a la inamovilidad de los jefes, a consultar raramente a la base, a tomar decisiones dentro de pequeños círculos de jefes y dirigentes sin control externo".

Si pensamos en el eje funcional del Movimiento Peronista, el verticalismo, vemos como en la organización partidaria el Presidente de la Nación ejercía también la presidencia del partido -extraña conjunción entre Estado y Partido. En el Movimiento Peronista fue, desde siempre, una entelequia la división de poderes. La afiliación masiva le facilitaba al partido representación mayoritaria en las Cámaras, los gobernadores estaban facultados para nombrar intendentes y hasta las Unidades Básicas tenían sus cuotas de poder sobre Centros Vecinales y circunscripciones barriales a través de punteros políticos. El Movimiento procuró y obtuvo, casi siempre, una Justicia complaciente.

2).- Abandono de los fines específicos de ideales caros al antiguo Movimiento Peronista y, en su lugar, la preocupación, casi única, por fortalecer la organización partidaria.
Como fines específicos pueden señalarse los logros obtenidos por el hombre fuerte de la Revolución de 1943 y observados durante su primera presidencia: Estatuto del Peón, vacaciones pagas, jubilaciones y pensiones. Otros están contenidos en la reforma constitucional de 1949 y son: función social de la propiedad, del capital y de la actividad económica. Además otros derechos tales como: de la ancianidad a la asistencia social, a la vivienda digna, a la alimentación, al vestido, al trabajo, al esparcimiento, etc.; los derechos del trabajador retribución justa, capacitación, condiciones dignas de trabajo, seguridad social, protección de su familia; derechos de la familia, derecho a la educación y a la cultura. Estos serían los fines específicos obtenidos por el Movimiento que beneficiaron a las mayorías. Algunos subsistieron luego del derrocamiento de Perón, pero la Revolución Libertadora y los sucesivos golpes de Estado los recortaron y el menemismo los anuló por completo.

El retorno de Perón, en 1973 significaba, en el imaginario colectivo, recobrar el Estado de Bienestar. Todo se recuperaría, casi mágicamente, con el retorno del esperado. Sabemos que no existen soluciones mágicas. Las dificultades eran muy difíciles de subsanar debido al estado deficitario, a la confusión generalizada y a la violencia extendida desde 1955 y cada vez con mayor virulencia en todo el país.

Así, fines partidarios tan caros a la masa justicialista, fueron dejados de lado en espera de tiempos mejores y, los esfuerzos se centraron en fortalecer la estructura partidaria. Era el país un caldero bullente de pasiones; las masas ya no pedían, exigían al compás del eslogan acuñado en l972 "Cámpora al gobierno, Perón al poder". La nominación al cargo de Presidente de la Nación del Delegado de Perón, Héctor Cámpora, no se debía a sus méritos como administrador o estadista sino a su lealtad a la persona del General. El Tío- así se apodó a Héctor Cámpora- manifiesta, en cuanta ocasión se le presenta, esa sumisión:

"[...] He recibido ese mandato por una condición personal que ha caracterizado toda mi vida; algunos la consideran un defecto, otros una virtud, y de las más honrosas en cualquier hombre. Voy a hablarles, en primer término, de la lealtad. Lealtad total, incondicional, a mis verdaderos amigos. Considero que el más grande de ellos es el Gral. Juan Perón y le he sido leal durante el gobierno y desde el llano [...]"2.

Interesa señalar que el peronismo, como movimiento populista, pudo travestirse en nacionalismo, pudo coquetear -para atraer a las masas- con el socialismo y hasta con el comunismo y optar por la 3º posición, si estamos dispuestos a aceptar la posibilidad del "tercerismo". Perón aludía así a esa Tercera Posición:

"Frente a nosotros se levantan triunfantes el demo-liberalismo capitalista puramente individualista y el colectivismo del marxismo dogmático internacional, alargando la sombra de sus alas imperialistas [...] es evidente que ninguna de estas dos soluciones nos llevaría a los argentinos a la conquista de la felicidad [...] Así fue que nos decidimos a crear las nuevas bases de una Tercera Posición que nos permitió ofrecer a nuestro pueblo otro camino [...] En el orden económico la Tercera Posición es la liberación de los dos extremos perniciosos para adoptar un sistema de economía social al que se llega colocando el capital al servicio de la economía. [...] En el orden social, en medio del caos que opera en el mundo, fluctuante entre el individualismo y el colectivismo, nosotros adoptamos un sistema intermedio, cuyo instrumento básico es la justicia social [...] En el orden político implica poner la soberanía de las naciones al servicio de la humanidad en un sistema cooperativo de gobierno mundial, donde nadie es más que nadie pero tampoco menos que nadie"3.

Cámpora, en su fugaz presidencia no pudo tomar medidas de largo alcance. Se limitó a dar satisfacción a los grupos armados: la liberación de los presos políticos, nombramientos de funcionarios de tendencia izquierdista, apoyo a algunos gobernadores cuestionados por las andanzas de los muchachos de la tendencia.

El nuevo discurso impuesto por Perón fue transmitido con lealtad por el Tío. La apremiante campaña electoral en medio de un clima entre festivo y violento, despertaba las esperanzas de la gente. Fueron días de alegría popular y se vivía un clima de irrealidad y casi de total irresponsabilidad. El candidato presidencial había fijado una serie de pautas y elementos de su futuro programa de gobierno francamente revolucionarias:

"[...] los medios de producción en manos de la clase trabajadora, drástica derogación de la legislación represiva, denuncia de la OEA por ser una estructuración dependiente del imperialismo norteamericano, restablecimiento de relaciones con Cuba. Creación de medidas encaminadas a impedir a las empresas tomar represalias contra los huelguistas, control obrero de las fuentes de producción, amnistía total de detenidos por causas políticas o sociales. Prohibición a las FFAA para actuar en la represión interna"4.

El triunfo del 11 de marzo produjo euforia y también profunda alarma, a punto tal que Perón, en julio de 1973, conminó a Cámpora a presentar su renuncia y dio comienzo el siniestro juego de López Rega. Poco después Perón, como candidato del FREJULI logró el 65.1 % de los votos y se dispuso a terminar con la violenta experiencia izquierdista.

Ideales y realidades en la Salta de Ragone

Mientras tanto ¿qué queda de la tradición de la Resistencia Peronista en Salta? ¿Cómo lograr acuerdos entre jóvenes recién llegados, que reclaman su lugar bajo el sol y, la vieja dirigencia? ¿Qué ocurría con las organizaciones sindicales y sus aspiraciones a consolidarse como grupo de poder? Son algunos de los interrogantes.

El Dr. Miguel Ragone triunfó en Salta y toda su campaña fue hecha en base a los lineamientos del Delegado y luego Presidente Cámpora. Su discurso fue de disenso y crítica hacia la represión y reclamo de las libertades cercenadas. Consideraba a la democracia como el camino confortable para traer la paz a los espíritus.

Nos preguntamos, en el contexto real de la provincia ¿era viable el quehacer del gobernador, sin recursos económicos, en medio de facciones en pugna cada vez más violenta? Debía improvisar respuestas rápidas para afrontar acuciantes problemas. ¿Cómo poner en marcha las instituciones del Estado democrático? ¿Cómo cambiar la mentalidad de la gente habituada al autoritarismo?´ ¿Cómo responder sin recursos económicos a las demandas de la gente?

Al respecto reflexiona el historiador Gregorio Caro Figueroa:

"Ragone tomó algunas medidas, le daba mucha importancia al tema de la política social. Pero el '73 fue un desborde porque las demandas de la gente estaban tan postergadas, la gente entró en la Casa de Gobierno, después de casi 20 años. Entonces eran tantas las expectativas y tan limitadas las posibilidades de comenzar a satisfacerlas, que fue una cuestión grave[...]"5.

Antes de continuar, consideramos necesario explicar las circunstancias del triunfo de Ragone. Por la división interna del justicialismo fue el Consejo Provincial del Partido, el encargado de mediar entre las facciones y nominar a los candidatos de las diferentes listas. También se acordó que la fórmula estaría integrada por un representante de la rama gremial. A la elección interna concurrió la lista Azul y Blanca, sector más ligado a los grupos sindicalistas y nacionalistas dentro del peronismo y liderada por Horacio Bravo Herrera, Juan Carlos Cornejo Linares, Armando Caro, Dante Lovaglio, Tomás Ryan, Olivio Ríos, Alberto Abraham. La lista Verde liderada por Ragone, Ernesto Bavio, Ricardo Falú, conformaron una especie de ala izquierda dentro del peronismo. Actuaban también otras agrupaciones más pequeñas, como el Grupo Reconquista liderado por Dr. Armando Caro Figueroa (hijo) y Pedro González y la Liga del Interior dirigida por un maestro de Tartagal, Ricardo Heredia.

El Peronista, Nº 4, 14 de mayo 1974. Crisis en el gobierno de Salta. Clic para descargar
La interna fue aparentemente pacífica, pero a la hora del recuento de votos primaron las sospechas de fraude y no pudo determinarse el ganador. A fin de dar solución al problema, en diciembre de 1972 se reunió el Congreso Provincial del Partido para acordar, entre las diferentes listas, las candidaturas en juego.

Existen diferentes versiones sobre la candidatura de Ragone. La primera es sostenida por el diario "El Tribuno", y los testimonios orales del Dr. Ricardo Falú y del Dr. Bravo Herrera, quienes afirman que el entonces Secretario del PJ, Juan Manuel Abal Medina, impuso a Ragone como candidato a gobernador. Otra versión es la de quien fuera su Secretario Privado, Gregorio Caro Figueroa, quien dice que la candidatura de Ragone no fue impuesta desde Buenos Aires sino resuelta por el Congreso Partidario Provincial.

La tercera versión se vincula con la presencia, en el espectro político local, del Movimiento Popular Salteño dirigido por su fundador el Dr. Ricardo Durand, quien había ocupado ministerios y fue dos veces gobernador de Salta. Muchos peronistas vieron en este hombre popular y respetado al triunfador de las elecciones del 11 de marzo de 1973 y le cedieron a Ragone el papel de perdedor.

La sorpresa no tuvo límites cuando don Miguel se alzó con el 65 % de los votos.

El Enigma Ragoniano

El 25 de mayo de 1973 tuvo lugar la transmisión del mando. Después de 18 años un gobernador de facto entregaba el poder a un civil, electo en comicios libres. El mensaje que Ragone leyó a las Cámaras marca las ideas políticas que guiaron su gestión de gobierno, las que señalamos a continuación:

1) Hacia el Socialismo Nacional

¿Ragone se embarcó en una aventura socialista? ¿Estaba comprometido con la guerrilla? Las dos opiniones suelen presentarse en Salta con demasiada ligereza. En realidad sus ideas políticas estaban lejos de ser originales, pues el nuevo gobernador se limitó a seguir los lineamientos marcados por Héctor Cámpora en el documento "Pautas Programáticas para la Reconstrucción Nacional", basado en las instrucciones oportunistas dadas por Perón a su delegado.

"Como soldado de Perón, declaro con todo énfasis que continúo y continuaré con humildad y modestia, procurando interpretarlo....La humanidad asiste al advenimiento de un nuevo orden social. Nuestro país no puede quedar marginado de este proceso que conduce a los pueblos al encuentro con su emancipación. Este nuevo orden social surge con fuerza, ante el fracaso del sistema liberal capitalista que ha sido incapaz de dar respuestas a los imperativos que el ser humano reclama. Nuestro conductor, el General Juan Domingo Perón así lo expresa y con ello nos marca sabiamente cual es el camino a transitar. El lo ha llamado Socialismo Nacional" 6.

Al respecto, el historiador Gregorio Caro Figueroa comenta:

"En el 73 el peronismo ganó con la cuestión del socialismo nacional. En el discurso ante la Asamblea Legislativa el 25 de mayo de 1973, Ragone habla del socialismo nacional, que era una cosa ambigua que Perón había acuñado, que nunca definió, que sirvió como un gran imán de atracción y que se agitaba como un atrayente slogan ideológico".

Este mensaje, a pesar de ser una repetición de lo establecido a nivel nacional, despertó inquietudes que luego se convertirían en sospechas y acusaciones de "infiltración ideológica".

2) La consigna liberación o dependencia

"Nos hemos pronunciado por la liberación rechazando la dependencia. Todos sabemos el significado de ambas palabras y sabemos de qué y de quienes debemos liberarnos y si nuestro pensamiento se asocia de inmediato a los grandes imperialismos, es necesario comprender que también regionalmente debemos liberarnos e independizarnos, sabiendo que en Salta hay hombres que trabajan y hombres que viven del trabajo de los demás"7.

En las décadas de los 60 y 70 una gran ola revolucionaria conmovía al mundo: el movimiento de la negritud, el triunfo de la revolución cubana, los países latinoamericanos ansiaban liberarse de los imperialismos, disponer libremente de sus recursos naturales y materias primas y sacudirse los tiranuelos locales.

3)La utopía de la Revolución en paz

En repetidas oportunidades Ragone declaró su intención de llevar adelante un cambio de estructuras en paz. El día antes de asumir el poder manifestó:

"El mío será un gobierno de austeridad, con profundo sentido humanitario y revolucionario. Entiendo que revolucionario significa un cambio que nosotros lo queremos como lo quiere el General Perón, hecho en paz, apelando a la razón y no a la fuerza"8. En su mensaje a las Cámaras ratificó esta posición:

"En el área de gobierno, justicia, educación y trabajo, nuestro gobierno delineará e instrumentará las pautas fundamentales de la política revolucionaria sostenida durante la campaña electoral".

En octubre de 1974, cuando ya su gobierno estaba totalmente jaqueado por sus enemigos, tuvo lugar en Salta el Congreso Eucarístico Nacional. Ragone, a pesar de la ostensible discriminación de que fue objeto por parte del Brujo y la presidenta Isabel Perón, quienes estuvieron en un palco alejado del que ocupaban las autoridades provinciales, el gobernador expresó:

"Porque el auténtico cristianismo, que precisamente, en cuanto a revolución del espíritu, es revolución, transforma sin destruir, pues los caminos de la liberación no pueden ser los de la violencia, y con su transformación es elevación. Es revolucionario y no subversivo, pues la verdadera revolución es la fidelidad al orden interior de la verdad y la justicia. La problemática de nuestro tiempo es el lema de este Congreso: Reconciliación en Cristo"9.


Revista Con Todo, Vocero del Peronismo de Base, año 1, Nº 2, mayo 1974.
Entretanto la lucha política se hacía cada vez más dura y más sangrienta. La consigna revolución en paz no fue aceptada por los jóvenes. Ellos entendían que la revolución y la liberación sólo se conquistarían por medio de las armas. Se multiplicaron los émulos del "Che" y muchos soñaban, como Santucho, "morir matando". Por su parte, las fuerzas de represión, integradas por grupos militares, policiales y parapoliciales, operaban con eficiencia extrema. Se marchaba inexorablemente hacia un nuevo golpe militar y la instauración del terrorismo de estado en la Argentina.

4.- Preocupación por los sectores populares:

"El médico de los pobres", conocía el dolor y la falta de atención sanitaria de vastos sectores. Tal problema se convirtió en preocupación fundamental de su gobierno:

"[...] -Como médico de pueblo que soy y he vivido y comprendido el dolor y la miseria de los desamparados no he de descansar hasta ver cumplido el propósito que reza en la doctrina justicialista, que tanto ricos como pobres deben poseer idénticas posibilidades de curarse. Esto significa [...] atención médica completa y medicamentos gratuitos. Esto es imperativo revolucionario[...]"10.

A pesar de la irritación de sus funcionarios los pasillos de la Casa de Gobierno -cuenta su biógrafo, Jesús Pérez- solían estar abarrotados de gente que solicitaba solución de problemas apremiantes. Tantas y tales eran las necesidades postergadas que la gente lo seguía y esperaba en la puerta de su casa para ser escuchada por el gobernador y no llegaba a almorzar hasta bien avanzada la tarde. Estas cuestiones de "andar pateando al pobrerío" eran vistas por la buena gente salteña, como pura demagogia.

5.-Lealtad:

Ragone permaneció fiel a Cámpora y a los principios sostenidos en su campaña electoral. Cuando se conoció el retiro de Cámpora julio de l973, Ragone estuvo a punto de renunciar. Su Secretario Privado recuerda:

"[....] En julio de 1973 se produjo la renuncia de Cámpora. En ese momento Ragone quiso renunciar inmediatamente ante Cámpora y me pidió que yo le redactara la renuncia, porque él se sentía solidario. El tenía una actitud crítica y frontal frente a lo que era el sector de derecha del gobierno, en ese momento [...]"

6.- Rechazo por el protocolo y las insignias del poder:

Ragone evidencia, en cuanta ocasión puede, su rechazo por los formalismos externos del poder. Causaba inquietud su afán por andar sin escolta, nunca usó las insignias de mando, bastón y banda, el ceremonial fue reducido a su mínima expresión. Se sentía incómodo y molesto en el sillón y en el lujoso despacho asignado al gobernador . Por su pedido se le preparó una sala más modesta. Una anécdota que nos lo pinta de cuerpo entero fue un suceso ocurrido durante el tedeum en la Catedral Metropolitana el día de su toma de mando. En medio de la solemne ceremonia se desmayó un niño y Ragone abandonó sobre el banco los preciados símbolos del poder para correr en su auxilio.

7.- Honestidad en el gasto público y austeridad de vida:

Resolvió recortar todo gasto superfluo, entre ellos suprimió a su escolta policial. Ese lugar fue "copado"por un grupo de alucinados jóvenes que vivían una auténtica fiesta ataviados con ponchos rojos y vinchas con la leyenda "Montoneros". Aciago destino el de esos jóvenes celebrando en la antesala de la muerte. Creyeron que la revolución estaba a la vuelta de la esquina pero allí sólo estaban las Tres A y la cacería desatada por el Proceso. Esta bulliciosa juventud acostumbraba rodear al Gobernador en sus apariciones públicas. Cuando se le advertía de las consecuencias de tamaña escolta Ragone parecía no darle importancia al asunto, "son buenos changos, me da pena echarlos". Lamentablemente las fotos viajaban con rapidez y caían en manos del Brujo.

Suprimió el uso de automóvil y chofer de la gobernación, iba a trabajar a pie o en su auto particular. No utilizó jamás el avión provincial y tampoco los viáticos para sus viajes oficiales a Buenos Aires. Todo lo pagaba de su bolsillo. La Directora de Administración, señorita Villa, pretendió corregir al recalcitrante Gobernador, molesta por los problemas administrativos que le ocasionaba la devolución de los viáticos. Pero Ragone permaneció imperturbable.

Gregorio Caro Figueroa comenta:

[...] Yo creo que en Salta la cuestión simbólica es muy fuerte. Aunque Ragone no haya promovido ningún trastorno social, el hecho de haber llegado a Gobernador y de haber impuesto un estilo, que era por lo menos inquietante, como por ejemplo que recibía a los pobres en la Casa de Gobierno, la apertura que tenía, la ruptura del protocolo era un estilo que inquietaba y eso se lo hicieron pagar caro".

8.- Convicciones democráticas:

Desde los inicios de su gobierno fue enemigo de todo gesto represivo a pesar de la despiadada oposición de sus adversarios. No le ahorraron difamaciones ni amarguras. Su espíritu democrático se puso a prueba cuando, dirigentes de la CGT junto a integrantes de la lista "Azul y Blanca" llegaron a extremos de declarar al Gobernador y a sus colaboradores como "personas no gratas", acusándolos de ser marxistas infiltrados. Ragone no respondió a semejante acusación y no dio orden de reprimir, ni siquiera cuando un movimiento subversivo de la derecha peronista, en complicidad con la CGT, ocupó la Casa de Gobierno con la intención de destituirlo. Este acto fue neutralizado por una multitud reunida en la Plaza 9 de julio para apoyar al gobernador.

Nos preguntamos: ¿Era posible la democracia en un partido acaudillado por un líder carismático? De hecho no. Quizás recién en el poder Ragone tomó conciencia de las profundas contradicciones internas del peronismo. Verticalismo y democracia son, en la práctica, incompatibles.

9.- Voluntad política de reformar la institución policial:

La más delicada y grave de las medidas políticas tomadas por Ragone.

En este ítems pueden señalarse varias cuestiones de importancia.

Antes de la toma de posesión, Ragone, visitó acompañado de su flamante Jefe de Policía, Rubén Fortuny, la Cárcel Penitenciaria Modelo y se encontró:

"Con el espectáculo deprimente de menores abandonados por la justicia, por las autoridades, por sus padres que deambulaban desnudos, hambrientos, sucios, esperando que se cumpla aquello que decía el General "En la Argentina, los únicos privilegiados son los niños"11.

Se dio orden inmediata de reubicar a los detenidos según su edad, se estudiaron los legajos policiales y muchos fueron enviados bajo la custodia de sus padres a sus casas y otros a la colonia dirigida por los Padres Concepcionistas, popularmente llamados Padres Azules.

Otra medida fue demoler las celdas de castigo de la Central de Policía donde se mantenían en condiciones infrahumanas a decenas de detenidos. Fue exhibido al público este lugar donde se hacinaban 190 detenidos en 18 celdas con espacio calculado para treinta personas. Al respecto, Fortuny declaró a la prensa:

"[...] Aquí había dinero para armas y no para darle un trato más humanitario a los detenidos o adquirir una lente para la observación de huellas dactilares"12.

A fin de contar con fondos para equiparar al gabinete de investigaciones decidió poner en venta las sofisticadas armas que había adquirido el anterior régimen militar para sofocar manifestaciones.

Los camiones hidratantes fueron retirados del servicio y los carros de asalto, pintados de flores, pasaron a ser utilizados como vehículos de transporte para el personal policial o para trasladar a los niños de los barrios a las escuelas. Los uniformes azules de la guardia de infantería, que distinguían al personal encargado de reprimir, fueron igualmente eliminados y reemplazados por el uniforme habitual del resto de la policía.

Por primera vez en los partidos de futbol del domingo se levantaron las guardias con perros y bastones antitumulto.

"Confío - dijo Fortuny- en la capacidad del hombre para regirse a sí mismo, al margen de las armas y los palos intimidatorios. Creo profundamente en la dignidad del prójimo y en las potencialidades creativas del pueblo"13.

El Gobernador estaba resuelto al desmantelamiento del aparato represivo, a cambiar la policía represiva por una policía dirigida a proteger al pueblo. El Jefe de Policía inició sumario a los policías acusados de abusos y torturas y dirigió personalmente el operativo de traslado de los represores a lugares lejanos de la provincia. Posteriormente fueron enjuiciados y encarcelados pero al cabo de corto tiempo, poderosos protectores lograron liberarlos y a pesar de lo ocurrido volvieron a ocupar sus antiguos cargos. Fortuny presentó su renuncia y a los pocos días fue asesinado en pleno centro de la ciudad.

El dirigente gremial y preso político salteño, César Gutiérrez, recuerda estos hechos así:

"[...] Cuando yo caí preso en el '74, Ragone había tenido que retroceder y Guil estaba nuevamente como Jefe de Seguridad, otra vez con poder en la policía, tanto es así que a mi me va a buscar al trabajo en un patrullero. Porque Fortuny, metió presos a los policías represores pero al poco tiempo fue asesinado y los policías represores volvieron. Y fue el mismo Ragone el que lo volvió a poner a Guil en la policía. Ragone fue haciendo lamentablemente cada vez mas concesiones. También por las presiones de la derecha sacó a funcionarios y lo puso a Mondada en lugar del ministro Pfister, a Juan Carlos Sánchez en lugar del intendente Bavio y le aceptó la renuncia a su secretario Caro Figueroa14.

El sueño de Fortuny, su lucha y su tragedia son recordadas por escritores y poetas latinoamericanos.

El uruguayo Eduardo Galeano le rinde homenaje en su libro "Memorias del Fuego":

"Como en un cuadro del venezolano Vargas, en la provincia argentina de Salta, los autos patrulleros de la policía fueron pintados de amarillo y naranja. En vez de sirena llevaban música y en vez de presos llevaban niños: los patrulleros andaban llenos de niños que iban y venían desde los ranchos lejanos a las escuelas de la ciudad. Las celdas de castigo y las cámaras de tortura fueron demolidas. Desapareció la policía de los partidos de fútbol y de las manifestaciones obreras. Salieron en libertad los torturados y marcharon presos los torturadores oficiales especializados en romper huesos a martillazos. Los perros policiales que habían sido el terror de la población, pasaron a dar funciones de acrobacia para divertir a los barrios pobres.

Esto ocurrió hace un par de años, cuando Rubén Fortuny fue Jefe de Policía de Salta. Poco duró Fortuny. Mientras él hacía lo que hacía, otros hombres como él estaban cometiendo locuras parecidas en toda la Argentina y el país entero andaba eufórico y abrasador.

Triste epílogo del gobierno peronista: ha muerto Perón, que había recuperado el poder, y tras su muerte los verdugos vuelven a gozar de libertad y empleo.

A Fortuny lo matan de un balazo a la altura del corazón. Después secuestran al gobernador que lo había designado, Miguel Ragone. "De Ragone no dejan más que una mancha de sangre y un zapato"15

El sueño de transformar una policía represora en una policía protectora del pueblo se estrelló con la realidad de una sociedad habituada a la violencia y mandatos de los grupos de poder.

10.- Federalismo:

Si analizamos el federalismo en toda nuestra historia constitucional habría que plantear la necesidad de dar vivencia de la doctrina, vitalizarla y ponerla en práctica en todo el país. La Constitución Nacional establece en su artículo lº: " La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma Representativa, Republicana y Federal". Pero en el artículo 6º declara: "El Gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma republicana de gobierno [...]" La posibilidad de las autoridades centrales de intervención en las provincias se convirtió no en excepción sino en una regla. En nuestro caso, las repetidas intervenciones sirvieron para saquear los magros recursos provinciales

Sobre este tema tan caro a las provincias y siguiendo el hilo del pensamiento ragoniano vemos que hace referencia directa al problema de la dependencia interna:

[...] "La Provincia, afirma Ragone, como parte integrante de la Nación, padece la deformación colonialista impuesta por los centros mundiales de poder pero también está sometida a otras formas de colonialismo impuesto en beneficio del puerto de Buenos Aires y el litoral argentino castiga a la economía provincial al obligarnos a gastar aproximadamente 3.000 millones de pesos moneda nacional por año para adquirir en las provincias del sur del país la carne que exige nuestro consumo y nos vemos obligados a cambiar materias primas sin ningún valor agregado para recibir a costa de un déficit monstruoso bienes y servicios que producen otras zonas del país." (Mensaje de Ragone. 25/05/73).

Este ítem tiene relación directa con el que sigue.

11.- Saneamiento de la burocracia:

En su mensaje alude a su crecimiento desmedido. Ejemplifica el problema con el número de empleados.

"[...] Existían en 1955 en la administración pública provincial 5.969 cargos. Actualmente ese número asciende a 16.232 cargos. Esta es la obra de quienes acusaron al peronismo de crear una frondosa burocracia [...]"16.

Las intervenciones fueron fuente de creación de empleos para parientes, conocidos y amigos del Interventor de turno. Acabada la intervención algunos se iban y otros quedaba enquistados en la administración pública.

12.- Política Municipal:

Uno de los cambios más importantes anunciados por Ragone fue el rol que jugaría la Municipalidad en el futuro. Criticó el aislamiento existente entre Comuna capitalina y pueblo y la degradación y abandono de la función social. Para superar esta situación propuso poner en marcha una estructura democrática: vecindad-gremio- municipio y establecer el control popular en el sistema de abastecimientos y servicios para dar sentido socioeconómico a la aplicación y recaudación de los impuestos.

13.-Jerarquizar la Dirección Provincial del Trabajo:

Ragone denunció que la Dirección de Trabajo había sido relegada por los anteriores gobiernos a una mera oficina donde se aglomeraban los expedientes de reclamo de los trabajadores sin ser atendidos por nadie. Se propuso jerarquizarla dándole la función de defender los intereses de los obreros, armonizar la relaciónes obrero-patronales y custodiar celosamente el cumplimiento de la legislación laboral y social. Para ello nombró Director de Trabajo a quien fue su brazo drecho en el campo sindical, el gremialista tabacalero Guillermo Alzaga.

14.- Política de Bienestar Social:

El gobernador denunció las deplorables condiciones de salubridad y seguridad social de la población de la provincia y afirmó:

"Consideramos que trabajo, vivienda y alimentos sanos son los componentes indirectos de la salud y el bienestar del pueblo y es en este terreno donde el gobierno provincial debe sentar su mayor esfuerzo y cumplir el verdadero sentido de previsión del individuo...Aspiramos a la creación de un seguro de salud para todos los habitantes, tomando como base el actual Instituto Provincial de Seguros".

15.- Política económica: Ragone hizo una descarnada descripción del estado de postración económica en que se hallaba la provincia y puso al descubierto el crecimiento de la deuda pública provincial.

"En 1955 era del orden de los 247 millones de pesos moneda nacional, mientras que nosotros recibimos una provincia con 21.700 millones de pesos en concepto de deuda, sin que se conozcan las causas de este gigantesco endeudamiento".

Para reactivar la economía puso a consideración de las Cámaras el llamado "Plan Trienal", el que por falta de medios y la permanente oposición de sus adversarios, no llegó a concretarse.

En realidad en una sociedad destrozada por una larvada guerra civil poner en marcha proyectos, aún los más modestos, era un emprendimiento condenado de antemano al fracaso. En política se debe hablar de adversarios. En el caso del Partido Justicialista de entonces no existían adversarios sino enemigos que desde el primer momento, sin diferencia de sectores sociales, se unieron contra Ragone. Grupos de la CGT hicieron causa común con ellos y consiguieron finalmente la Intervención de la provincia, cuestión que venían solicitando desde mucho tiempo atrás.

NOTAS
1 Pizzorno, Alessandro (1984), "Sistema social y clase política", en Pizzorno y otros, Historia de las Ideas Políticas, Económicas y Sociales. El siglo XX primera parte, México, Folios Ediciones, pp. 41 a 52 y 64-65.
2 Bonnasso, Miguel (1997), El Presidente que no fue. Los archivos ocultos del peronismo, Buenos Aires, Planeta, p. 364.
3 Perón, Juan Domingo (1975), Doctrina universal, Buenos Aires, Subsecretaría de Cultura de la Nación Ediciones Culturales Argentinas, pp. 132-134.
4 Diario Clarín, 21-01-1973)
5 Entrevista realizada a Gregorio Caro Figueroa, 1998.
6 En AHS, Mensaje del Gobernador Miguel Ragone a las Cámaras Legislativas, 25 de Mayo de 1973.
7 Mensaje, ob. cit.
8 Pérez, Jesús (1994), El terco Miguel, Diseño y Edic Arte Impreso, p. 23.
9 Diario, El Tribuno, octubre de 1974.
10 Mensaje, ob. Cit
11 Diario, El Tribuno, mayo de 1973.
12 Diario, El Tribuno, mayo de 1973.
13 Diario, El Tribuno, mayo de 1973.
14 Entrevista realizada a César Gutiérrez, 2003
15 (El Tribuno, Diciembre de 1985).
16 Mensaje, ob. cit.

Fuente: www.unsa.edu.a

Perpetua para Mulhall, Gentil y Guil

                                                                       


El Tribunal también condenó a dos años de prisión de ejecución condicional a Pedro Javier Herrera y Raúl Nelson Herrera. Absolvió al expolicía Andrés del Valle Soraire y a Jorge Héctor Zanetto, exvocero de la Triple A. En el proceso también se investiga el homicidio del comerciante Santiago Arredes y las lesiones sufridas por Margarita Martínez de Leal.

El tribunal que juzgó la desaparición y muerte de Miguel Ragone en el momento de la lectura del fallo
Los imputados eran siete, de los cuales dos fueron absueltos por otorgarles el beneficio de la duda. Ellos son Jorge Héctor Zanetto, vocero de la Triple A; y el ex-policía Andrés del Valle Soraire.

Carlos Mulhall, ex jefe de la guarnición militar local
El fallo de todas formas es histórico para la justicia salteña ya que se dictaminaron tres cadenas perpetuas por homicidio doble agravado por alevosía, además de encubrimientos de delitos de lesa humanidad. Los destinatarios de dicha determinación son Carlos Mulhall, ex jefe de la guarnición militar local; Miguel Gentil, ex jefe de la Policía salteña; Joaquín Guill, ex jefe de Seguridad de la Fuerza provincial.

Joaquín Guill, ex jefe de Seguridad de la Policía de Salta
Por su parte, Pedro Javier Herrera y Raúl Nelson Herrera, ex policías, recibieron penas menores por no haber sido considerados principales responsables en los delitos de lesa-humanidad.

El ex gobernador Miguel Ragone junto a seguidores
El ex gobernador Ragone
Miguel Ragone nació en San Miguel de Tucumán el 25 de mayo de 1921 se mudó a Salta con su familia, a los 12 años. Tras graduarse como médico, trabajó como secretario de Ramón Carrillo, eminente figura de la salud pública, y dirigió hasta 1973 el hospital neuropsiquiátrico que hoy tiene instituido su nombre. El 11 de marzo de ese año un 57% de los votos del electorado salteño lo eligió gobernador por el justicialismo.
Su gestión, sin embargo, acabó intervenida el 23 de noviembre de 1974 durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón.
Ragone fue secuestrado el 11 de marzo de 1976, trece días antes del golpe de Estado.
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