domingo, 27 de julio de 2014

EVA PERON- Su vida artística 1935 - 1945






Eva Perón y sus hermanos. Carnavales 1921


Evita, con trece o catorce años, tuvo la oportunidad de actuar por vez primera sobre un escenario en Junín, ya que su hermana Erminda, que había ingresado al Colegio Nacional, pertenecía a la “Comisión de Cultura y Arte”, formada por un grupo de estudiantes que organizaban representaciones teatrales; y es así que ingresa al grupo y a pesar de su corta edad formó parte de una obra titulada Arriba Estudiantes. También participa por entonces en la "Hora Selecta", que era un programa radial local que se llevaba a cabo una vez por semana de 19:00 a 20:00 horas en la casa de música de Primo Arini, donde desfilaban los jóvenes de la ciudad, para recitar, cantar etc.
Palmira Repetti, su maestra de sexto grado, afirma que Evita preparó tres poesías (Una Nube; Muerta y El Día Que Me Quieras). Entusiasmada con su participación, decide viajar a Buenos Aires en compañía de su madre, para hacer una prueba en Radio Nacional. Eva regresó pocos días después con su madre a Junín esperando que la llamen de la radio. Pero, aparentemente al no obtener respuesta alguna de la radio, le habría manifestado a su maestra "No importa igual me voy” y Eva Duarte, como tantos otros, se fue a Buenos Aires buscando su destino.


Se iniciaba el año 1935, eran días de miseria, la desocupación y el hambre se adueñaban de un país que era, paradójicamente, el primer productor de alimentos del mundo. Eva Duarte tiene apenas 15 años y no sueña con otra cosa; ser actriz. Evita recordará años después:“Siendo una chiquilla, siempre deseaba declamar. Es como si quisiese decir siempre algo a los demás, algo grande, que yo sentía en lo más hondo de mi corazón”.

Para algunos historiadores, Evita viene de la mano de su madre que la pondrá al cuidado de su hijo Juan que está cumpliendo con el servicio militar en Buenos Aires. Para otros Eva Duarte viaja sola a pesar de su corta edad, pero los más probable es que tenga razón el periodista Edmundo Guibourg que al respecto dijo: “La trajo (el cantor) Agustín Magaldi que viajaba acompañado de su esposa. (Finalizando una gira por la Provincia de Bs. Aires) No hay duda alguna sobre ello, porque fue él quien me la presentó para que le diera una mano en su carrera teatral” Lo que no sabemos tampoco es donde se alojó Eva Duarte al llegar, pero las versiones más creíbles hablan de Callao casi Sarmiento, en una pensión de baja categoría.



¿Por dónde caminar?El agobiante verano porteño tampoco le hace la cosa un poco más fácil, hay que recorrer una y otra vez, el circuito de bares y confiterías donde los dueños de compañías de teatro y productores se entrevistan con artistas, lo que todos llaman “el ambiente”. Lo común es la mala paga, la inestabilidad laboral, meses de inactividad, papeles breves, a veces sin siquiera figurar en los repartos, pero hasta ese poco sería mucho para ella, que deambula “buscando ese mango que le haga morfar.” Hace amistad con una prima de la ya reconocida actriz Maruja Gil Quesada y conoce a otros artistas con o más o menos renombre, pero de igual suerte que ella y así se pasan los primeros meses y parece que ninguna puerta se abrirá. Evita se entera que la compañía de José Franco que integra junto a sus hijas Eva y Herminia, incorporan nuevas figuras; se dice que tienen firmado ya su contrato con el Teatro Comedia para debutar en marzo y eso no es todo; para el segundo semestre del año, han firmado con el Teatro Cómico, podría tener trabajo todo el año. Eva Duarte presiente que es su oportunidad, consigue una carta de recomendación de Edmundo Guibourg, y al fin sí; obtiene un lugar en el elenco.
José Franco Junto a Eva y Herminia Franco FOTO apaecida Revista Escenario


“La dos Evita”
Allí están Irma Córdoba, Felisa Mary, Enrique Serrano y un joven Ángel Magaña, Francisco Bastardi, Pascual Pellicciota, Alfonso Pisano, más otros compañeros de elenco que, como Eva Duarte, hacen sus primeros pasos sobre un escenario. Es el primer día de ensayo de una obra escrita especialmente para la compañía por Ernesto Mersili; “La Señora de Pérez” con dirección de Joaquín de Vedia
Evita Franco en su libro “Cien Años de Teatro en Los Ojos de Una Dama” recuerda así aquel primer día de ensayo con Evita Duarte:

Eva Franco

“El primer día de ensayo me presentaron a una joven debutante; era una muchacha alta, muy delgada, de cabello oscuro, tímida como toda principiante. Me saludó con un “Mucho gusto de conocerla, señora” y yo le respondí con un “Bienvenida a la compañía”
Eva Duarte

“La Señora de Pérez”
Al fin debutaron el 28 de marzo, Eva Duarte hace el papel de empleada doméstica con apenas una línea de parlamento. No obstante, Edmundo Guibourg la menciona en su crítica. En “El Pueblo” del día posterior al estreno se lee: “El público llenó la sala y se retiró satisfecho de la actuación de la primera actriz, así como de los que la secundaron: Martha Poli, Amelia Musto, Eva Duarte y Juan Reyes que, en intervenciones breves, completan el cuadro de intérpretes.” Desde luego que está simple mención de su nombre en un medio gráfico, habrá sido estimulante para Eva Duarte.
Evita Franco menciona también en su libro que Evita Duarte compartía el camarín con su hermana Herminia Franco, que ambas eran revoltosas y se divertían mucho gastando pesadas bromas a sus compañeros de elenco: a Ángel Magaña, por ejemplo, le clavaron las botas al suelo a poco de salir Magaña a escena, y a otro compañero le cosieron las mangas del saco. Pese a los retos del director, ellas no dejaban de divertirse.
Evita Duarte

“Cada Hogar un Mundo”
A mediados de Junio del 35 debutan con “Cada Hogar un Mundo” de Goycoechea y Cordone, también en el Comedia y siempre con la misma compañía de Evita Franco y en esa oportunidad la crónica periodística destaca que: “Eva Franco, Felisa Mary y Enrique Serrano interpretaron acertadamente sus papeles. Eva Duarte, Pascual Pelliciotta, Ángel Reyes y Ángel Magaña secundaron dentro de las posibilidades de sus papeles”
Eva Duarte ya había dejado atrás a la niña tímida y se mostraba alegre y disciplinada en los ensayos y no se retiraba del teatro sin saludar antes a todos sus compañeros de elenco.
Eva Duarte

“Madame Sans Gene”

Es la tercera pieza teatral donde actúa Eva Duarte, esta vez en el Teatro Cómico y siempre con la misma compañía comandada por Evita Franco y su padre José Franco. La obra “Madame Sans Gené” era una comedia de 1907 de Victorien Sardou y Emile Moreau y que en 1925 Gloria Swanson había interpretado con éxito. Aquí la traducción y puesta en escena fue de Pablo Suero, que adjudicó a Evita Duarte dos papeles: Julia y Madame Basano, ambos personajes de poco relieve. En “El Diario” posterior al estreno pudo leerse: “La velada adquirió brillantes caracteres por la cantidad de público selecto que acudió admirando y aplaudiendo a la pieza y a los intérpretes. Ha sido cuidada la postura en escena adquiriendo caracteres de lo que se dice una obra bien vestida. Eva Franco supo desenvolverse con habilidad en la nueva creación que le cupo anoche. Los demás personajes actuaron con desenvoltura destacándose Irma Córdoba, Herminia Franco y José Pelliciota. El resto del elenco, afiatado” La obra pasó sin mayor pena ni gloria para la carrera artística de Eva Duarte. Pero en una de esas noches pasó algo gracioso que fue muy comentado en “el ambiente” Al teatro llegaron varios canastos de flores con tarjetas que decían “Éxitos Evita” “Para Evita con cariño” y frases por el estilo. La gente del teatro acomodó los canastos en el camarín de Evita Franco, pero en realidad las flores eran de admiradores de Evita Duarte y esa confusión fue motivo de bromas cruzadas durante varias semanas, por cuanto una jovencita recién iniciada recibía más flores que la protagonista.

Evita Duarte


“La Dama El Caballero y El Ladrón”

Es el título de la cuarta obra en la que actúa Eva Duarte y se estrenó el 2 de Enero de 1936, a un año casi de su llegada a Buenos Aires y veinte días antes del casamiento de Eva Franco con Pedro A. Iribarren, lo que motivó su salida de la compañía que pasó a llamarse “Conjunto Nacional de Comedias” con la dirección de José Franco. La obra de Francisco Mateos Vidal es una comedia en un prólogo y tres actos y no fue la primera obra que Franco estrenó de este sólido dramaturgo y periodista de Córdoba que viajó expresamente con su esposa y su pequeña hija de nueve años para el estreno.

La fecha del debut no era para esperar grandes cosas, pero José Franco pensaba que la obra por su calidad podía atrapar igualmente buena cantidad de público y no se equivocó. José Franco tomó para sí el papel de Jorgito, asignándole a la ya celebrada Irma Córdoba el de Rosaura. (La dama). El no menos aplaudido Pascual Pelliciotta era "el ladrón" y Francisco Bastardi, Aníbal, el caballero. Se completaba la compañía con Herminia Franco, María Santos, Chela Suárez, Margarita Tapia, Olimpio Bobbio, Adolfo Pisano y Simplicio Alvarez y en un breve pero esta vez interesante papel -"señorita Wade"-, Eva Duarte. En el cuadro segundo de la obra, la "señorita Wade" acudía a una suntuosa residencia, "escritorio del usurero Perkins", por requerirse una dactilógrafa. Al llegar "se saca el sombrero y se prepara a trabajar en su máquina de escribir, algo cohibida". La ha recibido un mucamo, anunciándole que su patrón se está vistiendo, y añadiendo: "No se había vuelto a poner el traje nuevo desde la visita del príncipe de Gales a la República". Varias de sus palabras ponen en guardia a la "señorita Wade", y el criado, al ser llamado desde adentro por su patrón, le dice por lo bajo: "No sea zonza, ¡estrújelo bien!". Al quedar sola la "señorita Wade" respira hondo, suspira emocionada. Casi inconscientemente se pinta, se peina. Su rostro se transfigura en la espera, pero pronto oculta todo rápidamente, porque por foro entra Perkins, seguido del mucamo. "La toilette de Perkins -dice el libreto- es extraordinaria, pero está muy lejos de ser elegante." Asoman en él "55 años de sordidez morbosa". Tose ligeramente y le indica a la "señorita Wade": "Deje esa máquina. No la he llamado para trabajar... Mejor dicho, mi pedido fue que viniera a trabajar... pero por razones posteriores debo cambiar de idea. ¡Cierre de una vez esa máquina!". En pocos segundos, al mirarla fijamente, termina por despedirla. Ella vacila. y llevándose sus cosas apretujadas, hace mutis". Perkins lo increpa al criado por lo mucho pagado por la botella de champagne que iba a servirle. Quedan muy en claro las intenciones al haber llamado a una dactilógrafa, pero la "señorita Wade" había conseguido escapar.
Evita Duarte de Perón

Caído el telón final fueron a los camarines Mateos Vidal, su esposa y su hija, que cuentan la anécdota. Dicen que al estar frente a Eva, dijo ésta encontrarse un tanto descompuesta y Mateos Vidal, gentilmente, fue hasta una farmacia, al lado del teatro, y le trajo un sobrecito con bicarbonato, que tomó la actriz agradeciéndole. Al momento Evita interrogó al autor: "¿A usted le parece, Mateos, que voy a triunfar?". La respuesta fue prudente: "Usted recién empieza, es cuestión de tiempo". No encontramos en los diarios mención alguna de la actuación de Evita en esa obra


Evita y el sepelio de Gardel:

Funerales de Gardel

Todos los teatros de Buenos Aires suspendieron sus funciones el 6 de febrero de 1936, cuando finalmente llegaron a Buenos Aires los restos de Carlos Gardel y dio comienzo su velatorio en el Luna Park. Al día siguiente, el cortejo fúnebre más sentido y multitudinario visto hasta entonces acompañó a contramano por la avenida Corrientes, que empezaba a dejar de ser angosta, los restos del Zorzal Criollo hasta la Chacarita. Evita se siente profundamente conmovida y entiende más que nunca lo que era el amor de la gente por un artista. Lejos estaba Evita de saber que sólo su propio funeral haría que tantas lágrimas del pueblo nuevamente acompañaran una despedida.
La Primera Gira:

Obelisco Ciudad de Bs Aires en construcción Año 1936

Es mayo de 1936 y aunque ya está casi terminado, Evita no sabe si verá la inauguración del tan mentado obelisco; es que le han confirmado que saldrá, en pocos días más, de gira con la compañía de comedias que José Franco armó con Pepita Muñoz y Eloy Álvarez, para cubrir una gira de varios meses, le dicen que viajará a Rosario, luego Mendoza y más tarde Córdoba, y nunca se sabe, por ahí alguna otra provincia si el éxito acompaña. Ella sabe que don Edmundo Guibourg tiene razón: “a los actores y actrices que van de gira se los engancha; se les lleva y se les trae como carne de cañón” Mientras las primeras figuras van a Hoteles dignos, los demás, como Evita, duermen en pensiones baratas y cuando las recaudaciones no son buenas, no cobran nada. A pesar de todos los inconvenientes que sabe que la esperan, Evita parte de gira entusiasmada y sueña con el éxito.
Evita Duarte

Aparentemente Evita se aloja al llegar a Rosario en el Hotel “Las Colonias”, que estaba en la calle Salta entre Mitre y Entre Ríos, veía, por un lado, el viejo Colegio Nacional cuyos fondos daban a las barrancas, y, por el otro, el Paraná, las islas y la provincia de Entre Ríos a lo lejos Los cabezas de compañía en el Hotel Italia, muy cerca del Odeón donde el 12 de Junio del 36 estrenan “El Beso Mortal”, una obra de Louis Gouraviec y tienen el auspicio de la “Liga Argentina de Profilaxis Social” “El Beso Mortal” era un melodrama de tono moralista, en el que se planteaba el peligro que representan las enfermedades venéreas para los jóvenes que no han recibido una educación sexual adecuada, debido al falso pudor de sus padres. Desde varios días antes, un auto de la Agencia Ford Stabile recorría la ciudad anunciando el acontecimiento y esa noche el público colmó el Odeón. Fue la primera de treinta y dos funciones a sala llena.

Eva Duarte

A pesar del frío, la mala comida, las varias funciones diarias que agotan a cualquiera, Evita quiere que le quede un ratito para conocer la ciudad, pero deben ensayar “Llovido del cielo” que esperan estrenar a partir del 8 de Julio.
De Rosario viajan a Mendoza donde estrenan “Baturros y más Baturros” de Malfatti y de las LLanderas, que estrenan el 30 de Julio. El ritmo de trabajo es agotador, el 2 de agosto llegan a poner en escena cuatro obras, una tras otra: “Mamá Clara” “Baturros y más Baturros” “Mis Cinco Papás” y “Así las estoy pagando” Las crónicas de los diarios apenas si mencionan el nombre de Evita. Viajan a Córdoba y en setiembre vuelven a Rosario antes de partir nuevamente hacia Córdoba y en el fin de semana del 26 de setiembre vemos que viajan a Paraná para hacer cuatro funciones, la primera el sábado a las 21.45 y tres al día siguiente, el domingo en los horarios matinée, familiar y noche en el Teatro 3 de Febrero. Cuenta el periodista Capsitski que en esos días un compañero del elenco enferma y debe ser internado, aparentemente de hepatitis, la orden al elenco es que nadie debe visitarlo por temor al contagio, pero Evita desobedece, va a verlo, no quiere dejarlo solo y ese acto solidario le provoca rencillas con mucha gente del elenco, fundamentalmente con el actor Enrique Borrás que la acusa de querer dar ordenes y hacer lo que quiere. Pocos días después la mujer de José Franco recibe una llamada, de alguna persona del elenco (acaso Enrique Borrás?) cuyo nombre nunca se difundió, que la advierte que su esposo; José Franco, se ha enamorado de Eva Duarte y se deja manejar por ella. Eva Franco en su libro “Cien Años de Teatro en los Ojos de una Dama” cuenta así el episodio: “Mamá, luego del llamado, ni corta ni perezosa, tomó el primer tren a Rosario y se apareció en el teatro No me informó sobre ese viaje del que pronto regresó. Luego me enteré de lo sucedido. Ocurrió que mi padre se había enamorado de la joven Eva Duarte. Nunca supe en detalle lo que hablaron. Supe sí que hubo bochinche en los camarines. Tampoco pude saber hasta dónde habían llegado las relaciones entre mi padre y Eva” Lo cierto es que Eva Duarte se desvincula entonces del elenco.
Evita Duarte

Volver a Empezar
De regreso en Buenos Aires se encuentra tan anónima como cuando partió de Junín, pero ahora tiene algunos contactos más“en el ambiente” Pero ¿qué cosa era eso, que llamamos "el ambiente" ? Leyendo a Marysa Navarro, Edmundo Guibourg, y otros podemos decir que era ir a los teatros de la avenida Corrientes para preguntar si iban a estrenar una obra, cuándo se proyectaba hacerlo, quién la iba a dirigir o si había alguna novedad porque alguien se había enfermado y estaban buscando a una reemplazante. Era darse también una vuelta por las confiterías y cafés donde se reunía la gente de teatro, autores, empresarios, directores y actores para enterarse de qué primera figura estaba formando un elenco o qué autor había terminado de escribir una obra. En la confitería Real, en Corrientes y Talcahuano, seguramente se encontraría algún actor de renombre. Si no conocía a nadie, podía echarse una mirada en la Nobel, y de todos modos, pasar por El Plata, a media cuadra de la Real, donde podía encontrarse a alguien.


Avenida Corrientes en los años 30
Edmundo Guibourg describía la situación de los actores de la siguiente manera: "A cada comienzo de temporada los empresarios organizan en forma antojadiza "sus" elencos, llenando los consabidos puestos a su criterio, sin consultar siquiera a la persona a la que van a encomendar "la dirección artística", ni tampoco a los actores con cuyo inmediato concurso cuentan. Uno o varios nombres en el cartel, aunque se trate de artistas que no tengan afinidad en el trabajo. Y si son los capocómicos los encargados de organizar los elencos, colocan primero a sus familiares, aunque sean notoriamente inútiles o deficientes, y tienden a no contratar figuras cuyas aptitudes puedan hacerles sombra" Con mucha suerte, los actores de la categoría de Evita ganaban de 60 a 100 pesos mensuales, trabajando dos funciones diarias y tres los domingos y días de fiesta. Teniendo en cuenta que un litro de aceite Ybarra costaba $8,50, un traje de hombre $75,00, y un vestidillo cualquiera de mujer unos $50,00, apenas les alcanzaba para vivir y casi nunca para pagar las deudas que podían acumular en los meses sin trabajo. Si un actor conseguía vivir al día, podía considerarse afortunado. No le pagaban durante los ensayos y cuando se deshacía una compañía en la mitad de la temporada, cosa que sucedía a menudo, quedaba en la calle, pues era difícil que pudiera incorporarse a otro grupo. Con los sueldos miserables que cobraban cuando tenían la suerte de integrar una compañía, las actrices se veían en la obligación de comprarse la ropa para las obras en que actuaban, ya que no se las proporcionaban. A veces, la conseguían prestada, pero si eso no era posible tampoco la podían comprar en las escasas tiendas de Buenos Aires.

Edmundo Guibourg


El teatro en los años 30

En la década del treinta, el teatro argentino atravesaba una crisis profunda, acentuada por las condiciones económicas que afectaban al país. Luis Ordaz nos dice que la época de oro del teatro porteño, en la que reinaban el uruguayo Florencio Sánchez, Roberto J. Payró y Gregorio de Laferrère, había terminado hacía tiempo. Quedaban todavía grandes actores y actrices —Elías Alippi, Luis Arata y Camila Quiroga, entre otros—, autores como Samuel Eichelbaum y Armando Discépolo y directores de la talla de Antonio Cunill Cabanellas, pero desde los años veinte, el teatro había entrado en un período de decadencia. Predominaba el llamado género chico, o sea la comedia corta, el sainete y sobre todo la revista porteña.
El número de compañías estables reflejaba esa decadencia. Con mucha suerte, duraban por lo general una temporada. La cantidad de actores que las integraban variaba constantemente pues se ajustaba a las necesidades del reparto. Las obras subían y bajaban de cartelera con una rapidez asombrosa. Los ensayos eran pocos, a veces menos de una semana, y los actores frecuentemente subían al escenario sin haber aprendido sus papeles, de allí que el apuntador fuera imprescindible en toda puesta en escena. "En una semana se pone ahora en escena cualquier obra, por dificultosa que sea", se lamenta Edmundo Guibourg, "y el público ya sabe que no es prudente asistir a las veladas de estreno" Es de comprender que, en estas circunstancias, los gastos de producción se mantuvieran lo más bajo posible y eso resultaba en escenografías de papel cimbreante, "las paredes con arrugas de haber estado dobladas en algún baúl, las puertas con tachuelas, los muebles que no se conciertan jamás con el ambiente. A todo esto, debemos agregar los abusos de todo tipo de personajones como el "Sapo" Suero

Evita y el Sapo Suero Uno de los contactos en la carrera de Eva fue, justamente, Pablo Suero, (al que apodaban El Sapo) que, como dijimos, había hecho la traducción y la puesta en escena de Madame San Gene. Al "Sapo" lo reencuentra casualmente en una mesa del café Real de la calle Corrientes. Así, Evita en noviembre del 36, logra vincularse a la "Compañía Teatral de Pablo Suero" que, digámoslo, era, como lo definió César Tiempo: "Un alacrán superheterodino y malediciente " pero también un "reconocido" periodista de Noticias Gráficas, dramaturgo y director teatral, muy vinculado al “ambiente” tanto en Buenos Aires como en España que, a ese tiempo, comenzaba a arder en la hoguera de la Guerra Civil y obliga a muchos artistas a tomar el camino del exilio y algunos proyectos de producción, como los de Suero, deben limitarse al Río de La Plata


Federico García Lorca a la izquierda
y Pablo"El Sapo" Suero a la derecha

“Las Inocentes”
Así, el 5 de diciembre de 1936, cuando termina la temporada, es estrenada la obra "Las Inocentes" de Lillian Hellam (dramaturga estadounidense perseguida por su filiación comunista) y Evita está allí en un papel con poco parlamento, y acompaña a María Esther Podestá, Gloria Ferrandíz, Margarita Corona, Alicia Climent y Rosa Cata,(que ya había debutado en el cine sonoro de 1933 en la película Dancing) con quien Evita hace amistad.

Evita con parte del elenco de Las Inocentes Eva es la tercera desde la derecha

La obra está en cartel menos de un mes y deciden salir de gira a Uruguay para actuar en el Teatro 18 de Julio. Poco dura el proyecto; a fines de enero de 1937 están de nuevo en Buenos Aires y, aparentemente porque le debían dinero por su trabajo, Eva Duarte mantiene una fuerte discusión con “El Sapo” quien estaba en su escritorio junto a otras personas. La conclusión es que Eva es despedida a los gritos y sin un peso.

Luego de este incidente su hermana Erminda cayó en cama con una pleuresía, Evita fue a Junín y se instaló a su cuidado. Su madre y sus hermanas aprovecharon la situación para pedirle que volviera, pero sus únicas palabras fueron: "... Volveré, pero más tarde y sólo después de haber triunfado...”
“La Nueva Colonia”
Su amistad con Rosa Cata le allana el camino para que el 5 de marzo de 1937 reanude su vida artística, esta vez dirigida por Armando Discépolo en la obra “La Nueva Colonia” de Luiggi Pirandello, en el Politeama. Allí Eva hace un pequeño rol; Eva era una campesina llamada Nela que decía unas pocas frases en el tercer acto. Aun así, es posible que el haber actuado bajo la dirección de Discépolo represente el punto más alto de su carrera teatral. Edmundo Guibourg, en una crónica elogiosa pero crítica a la vez, (Crítica 5-3-37) puntualizó que la interpretación de Rosa Catá era excelente y que "Juanita Sujo, Eva Duarte, Anita Jordán y Jordana Fain intervinieron en escenas de conjunto dirigidas con pericia y animadas con gracia. Están también Juana Soujo, Anita Jordán, Carlos Perelli, Eduardo Cuitiño, Bernardo Perrone. La obra fue un verdadero fracaso que no alcanzó ni quince días en cartel.


Su Primera aventura cinematográfica.
Para ese tiempo la revista Sintonía dirigida por Emilio Kartulowicz organizó un concurso que, como premio, daba una participación en la película “Segundos Afuera” de Chas Cruz, Evita participa y gana, por lo tanto es tapa de la revista y logra filmar por vez primera. Lo hace junto a Pedro Quartucci que protagoniza a un pugilista y ella a una humilde noviecita de barrio. Participan también Pablo Palitos, Amanda Varela y Susy Derqui. La película fue una más, sin mayor trascendencia, pero para Evita significó un paso más en alcanzar su sueño ya que por vez primera su imagen se vería en cine.

“No Hay Suegra Como la Mía”
Leonor Rinaldi

El 5 de noviembre de 1937 se integra a la compañía de Francisco Charmiello y Leonor Rinaldi para debutar en la obra “No Hay Suegra Como la Mía” en el Teatro Liceo. Acompaña a Sebastián Chiola, Esther Paonesa, Oscar Villa y Francisco Martínez. Eva Duarte no tenía parlamento en la obra pero al menos cobraba por actuar. Era una comedia ya probada a la que el público respondía con la exigencia de divertirse y están en cartel hasta marzo de 1938.


Por primera vez en Radio

Evita en Radio
Para esa época data su debut en radioteatro; es el micrófono de Radio Belgrano que se abre a su voz con “Oro Blanco” un libreto de Ferradás Campos, conocido autor y letrista de Agustín Magaldi y quizá por su amistad con él, es que a Evita se le brinda la oportunidad. Pese a la poca vida que tuvo ese radioteatro, Eva Duarte consigue algunos trabajos como locutora en la emisora y pronto comienza a ser fotografiada para algunas publicidades para la empresa Linter Publicidad, participando en publicidades de alta costura, peletería y peluquerías.

Dos imágenes de la joven actriz Evita Duarte en el cortometraje publicitario La luna de miel de Inés, realizado en el año 1938 por la compañía Linter Publicidad. Ambas fotografías forman parte del patrimonio del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, en calle Defensa 1220 San Telmo - Buenos Aires


 
Pero cuando conoce a Pierina Dealessi su situación económica comienza a mejorar y encuentra enorme afecto.

Evita y Pierina Dealessi

Pierina Dealessi

Pierina Dealessi, excelente actriz y de una generosidad reconocida por todos quienes la trataron, le brinda más que una amistad, un amor de madre a Evita, cuando en 1938 se incorpora a su compañía que dirigía con Rafael Firtuoso. Muchos años después, en una entrevista periodística, Pierina recordará así a Evita: “Una vez me dijo mi representante, que afuera había una chica que necesitaba trabajar. Nosotros estábamos formando la Compañía. Me la hice traer. Evita era una cosita transparente, delgadita, finita, cabello negro, carita alargada. Le pregunté si había trabajado alguna vez y me dijo que venía de una gira con Pepita Muñoz. La contratamos con un sueldo mísero: $ 180, - por mes… En esa época no se ganaba más. En el teatro no se descansaba nunca y los domingos hacíamos cuatro funciones. Eso era lo común en esa época. A la tarde tomábamos algo en camarines. Evita tomaba mate, pero como era muy delicadita de salud yo le ponía leche al mate. Era tan flaquita que no se sabía si iba o venía… Entre el hambre, la miseria y el descuido… Tenía siempre las manos frías y transpiradas. Hacíamos una obra que se llamaba “La Gruta de la Fortuna” de Ricardo Hickens. Evita hacía una damita joven que tenía que salir bien vestida. Tenía un busto divino, como de mármol, pero le caía muy llovido por su flacura; una vez me sacó las medias para abultarse un poco… ¡Pobrecita!"

En “La Gruta de la Fortuna” actuaban además; Gregorio Cicarelli, Nélida Quiroga, Pascual Pellicciota, Nelly Ayllón, Marcos Zucker y en uno de sus actos actuaba la orquesta de Julio Pollero con la cancionista Alicia Moreno.
Pero de todos sus compañeros fue Marcos Zucker quien entablará una gran amistad con Evita; ninguno de los dos imaginaba que 40 años después un hijo de Zucker (Ricardo Marcos, “El Pato”) perdería la vida en manos de la dictadura genocida de Videla, justamente por ser un militante peronista. Marcos Zucker así recordaba a Evita:
Marcos Zucker

“Eran épocas difíciles. Los actores ganábamos una miseria, para poder subsistir debíamos hacer cualquier otra cosa, muy esforzadamente ya que no disponíamos de tiempo libre. Evita era tremendamente tímida; muy buena compañera. Físicamente era muy delgada, pero era muy bonita y tenía muchas ganas de triunfar. Poseía una enorme voluntad. Conmigo siempre fue muy buena…”


“El Cura de Santa Clara”

Al éxito de La Gruta de la Fortuna, le siguió “El Cura de Santa Clara” una farsa cómica en tres actos de Martignone y Bertonasco, siempre con Pierina Dealessi y Rafael Firtuoso, y en esa oportunidad estaban también en el elenco: Nélida Quiroga, Gregorio Cicarelli, Pascual Pelliciota, José Otal, y otros, pero en letra menor en los carteles del teatro figura por vez primera el nombre de Eva Duarte. Esta obra fue un verdadero éxito que superó las 200 funciones.

Carta de Evita a Pierina agradeciéndole una recomendación y la invita a tomar el te

"Querida Pierina, yo legradezco sus buenos oficios con Don Miguel para que yo pueda hacer la audición. No sabe cuanto se lo agradezco. Dígame cuando la puedo invitar para tomar un tecito. Con mis saludos. Evita"

Llega 1939
Camila Quiroga

Al iniciarse 1939 Evita Duarte se integra a la Compañía de Camila Quiroga, que administraba su marido Héctor Quiroga, actuando nuevamente junto a su amiga Rosa Cata, por un salario de $ 100.- (Un par de zapatos costaba $ 14) y participa de la presentación de “Una Noche en Viena” de Mario Flores.
Poco después estrenan en el Teatro Astral “Mercado de Amor en Argelia” basada en una novela de Lucienne Favre, teatralizada por Gastón Baty musicalizada por Juan José Castro y traducida y dirigida por Edmundo Guibourg, a quien Evita, como dijimos, conoce desde su llegada a Buenos Aires. Integran también el elenco Rosa Cata, Daniel de Alvarado, Jorge Lanza, Inés Padilla, Ada Pampín,(compañera de pensión de Evita) Rosa del Río, María Thamar y Rosa Lima. Evita interpreta a una odalisca y la obra en general tuvo buenas críticas y éxito de público con más de cien funciones.

Recibo firmado por Eva Duarte

Es Tiempo de Radio
Hacia mayo de 1939 el radioteatro está en pleno auge. Evita está a días de cumplir 20 años de edad y lo festeja con ganas; su hermano Juan trabaja en la empresa de jabones Radical para quien Evita había grabado ya algunas publicidades radiales, pero ahora es el auspiciante de un nuevo programa y Evita es la elegida para protagonizarlo; con este auspicio se abren para ella las puertas del radioteatro definitivamente, encabezando junto a Pascual Pelliciotta, (que había actuado junto a ella en sus comienzos con Eva y José Franco y también en La Rueda de la Fortuna) la “Compañía de Teatro del Aire” para emitir un romance del tipo histórico por radio Mitre; se tituló: “Los Jazmines del Ochenta” Están también junto a Evita su compañera del cuarto de pensión: Ada Pampín, y su entrañable amigo Marcos Zucker. Evita demostraba una vez más ser muy amiga de sus amigos y aunque fue una radioteatro más en medio del dial, el micrófono le reportó a Evita las mayores satisfacciones, tanto espirituales, como materiales, logrando al fin el tan buscado reconocimiento del público. Las revistas especializadas comienzan a ocuparse de Eva Duarte; Sintonía, Antena y Radiolandia dan a conocer su rostro y su sonrisa cálida de siempre.






La compañía pasó de Radio Mitre a Radio Prieto. Allí se transmitió 'Las rosas de Caseros' y también 'La estrella del pirata', obras de Blomberg. Autor de reconocidos temas como "La Pulpera de Santa Lucía" y otros referidos al tiempo de Rosas que tenían gran éxito.


Evita ante los micrófonos de Radio Belgrano

Para ese tiempo, le atribuyen los periodistas diversos romances con tal o cual galan de moda, algo muy utilizado por las revistas del medio cuando quieren promocionar a una figura, lo cual denota que Evita se había afirmado ya dentro de "el ambiente"
EVA DUARTE Tapa de la Revista Mundo Argentino Abril 1940





Sus últimas actuaciones en teatro:
Sin dejar la radio, en julio de 1940 Eva Duarte integra el elenco de la Compañía Cómica Argentina de los hermanos Simari. Se desempeña como primera dama joven en la obra " Llegaron parientes de España ". Ocurre en el Teatro Smart. En agosto trabaja en " Corazón de manteca ", de Ricardo Hicken y en " La plata hay que repartirla ", de Antonio Botta. La crítica fue buena y es la última vez que actuará en teatro. Ya consagrada en el ambiente busca consolidar aún más su carrera en el cine.


Algo de sus trabajos en Cine
Ahora Evita busca afirmarse en cine (recordemos que en 1937 como dijimos había debutado en cine en “Segundos Afuera”) y en 1940, sin dejar de actuar en radio participa de la filmación de "La Carga de los Valientes" dirigida por Adelqui Millar sobre un guión de Belisario García Villar, considerada la película más costosa hasta ese momento producida en Argentina, recreando la defensa de Carmen de Patagones del 7 de marzo de 1827, el elenco era extenso encabezado por Santiago Arrieta, Domingo Sapelli y Anita Jordán y fue producida por Pampa Film.

Evita en una escena de La Carga de los Valientes Santiago Arrieta y Domingo Sapa


Evita junto a Juan Sarciones el día del estreno de La Carga de los Valientes


Ya en 1941 filma dos películas: "El mas infeliz del pueblo",dirigida por Luis Bayon Herrera, un español de Bilbao que le diera más de 30 títulos al cine argentino. Esta película se estrenó el 19 de marzo de 1941, figura principal Luis Sandrini, pero acompañaron también, además de Eva Duarte: Héctor Quintanilla, Ana May, Marino Seré, Tito Gómez, Mirtha Montchel, Rodolfo Rocha, Carlos Enríquez, Totón Podestá, Nélida Bilbao, Iris Martorell, Morena Chiolo, Rodolfo Rocha, Silvia Legrand, María Goicochea, Susana Castillo, Armando Bó, Alberto Adhemar.

Alicia Barrié, el director John Reinhardt y Evita Duarte

En octubre Evita vuelve a filmar otra película que se llamó "Una novia en apuros", dirigida por John Reinhardt, el mismo director austríaco que ya había dirigido entre otras “El día que me quieras” y “Tango Bar” con Carlos Gardel, (extraño privilegio para este director de haber filmado a dos mitos populares argentinos; Gardel y Evita) Aquí sobre un guión de Conrado Nalé Roxlo según un argumento de Alexander Solt y Stephan Bekeffi. Se estrenó el 10 de marzo de 1942 y además de Evita tuvo como protagonistas a José Alcántara, Manuel Alcón, Alicia Barrié, Héctor Calcaño, Lydia Lamaison, Adolfo Linvel, Felisa Mary, Pedro Quartucci y Esteban Serrador.Tuvo amplia repercusión en la prensa y en la revista Cine Argentino Nro 184 del 13-11-1941 tuvo varias páginas dedicadas al elenco y realizadores.

Eva Duarte y "La Cabalgata del Circo"


Agradezco esta imagen y otras muchas que publico en este blog a la colaboración de
http://110x75.blogspot.com
donde van a encontrar mucho material sobre afiches de cine

"La cabalgata del Circo" seguramente fue más conocida por la supuesta cachetada que Libertad Lamarque le propinara a Eva durante el rodaje de esta película, que por sus valores fílmicos. Libertad Lamarque se cansó de repertir hasta el cansancio que esa cachetada jamás existió, aunque si reconoció que hubo un altercado entre ellas:

«No quiero que la gente siga preguntando si le pegué una cachetada o no a Evita. Todo fue muy distinto... Ella no cumplía con su trabajo. Y eso a mí me molestaba. Por su retraso en la filmación de La cabalgata del circo yo debía esperar horas y horas. Eva, mientras todo el grupo de trabajo estaba ya en el set, se quedaba almorzando con el director de la película o el productor. Siempre estaba rodeada de hombres del ambiente. Estaba todo listo para rodar la escena y ella no aparecía. Llegó un momento en que nos agotamos.Hugo del Carril prefirió quedarse de pie, pero yo me fui a sentar, allí mismo, sin moverme de mi sitio. De pronto alguien dijo "ahí viene Eva" y se alborotó el avispero. Por primera vez le dirigí la palabra. Haciendo una enorme reverencia, doblándome en dos todo lo que pude, lo que me permitía el corsé que lucía durante el rodaje, le dije: "Buenas tardes..." Lo dije así, con furia, desde el alma. Ella se frotó las manos y, un poco nerviosa, miró a un lado y al otro y dijo "Bueno, vamos..." De alguna manera, gracias a mi pelea con Evita, conquisté Amércia De no haber sido así, Libertad Lamarque hubiera quedado en el anonimato.»
Libertad Lamarque."
En esta imagen vemos a Evita cuando ya era la señora Eva Perón recibiendo a Libertad Lamarque
Lo cierto es que años despues Eva desde el poder político le brindó su ayuda ante un problema familiar que Lamarque atravesaba y que no viene a cuento aquí detallar.

Otra vez la radio

El 16 de octubre de 1943 volvería Evita a la radio, en un exitoso ciclo, de lunes a sábado, dedicado a biografías de mujeres ilustres de la historia, con libretos de Francisco Muñoz Azpiri y Alberto Insúa. Se transmitió por Radio Belgrano y se hizo sumamente popular. Muñoz Azpiri sería quien años después le escribiría sus primeros discursos políticos. Radio Belgrano, por entonces estaba dirigida por Jaime Yankelevich quien tendría un papel fundamental en la creación de la televisión argentina.
Entre el radioteatro y las películas Eva finalmente logró una situación económica estable y cómoda. De este modo, en 1942 pudo abandonar las pensiones y comprarse su propio departamento, frente a los estudios de Radio Belgrano, ubicado en el exclusivo barrio de Recoleta, en la calle Posadas 1567. El 3 de agosto de 1943 Eva comenzó también a actuar sindicalmente y fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), primer sindicato de los trabajadores de la radio.

Evita cabeza de compañia en radio; con Jose Castro Volpe y Jose Maria Reynal


Evita con Pablo Racciopo Radio El Mundo

EVA DUARTE Y EL TERREMOTO DE SAN JUAN:
El sabado 15 de enero de 1944, la tragedia se abatió sobre San Juan , hacia las 20.50 un pequeño aunque letal "parpadeo" sísmico de 30 segundos, mató entre 7 y 10 mil sanjuaninos, hirió a unos 20 mil, y redujo a ruinas más de 13 mil viviendas.. El terremoto había oscilado entre los grados 7,4 y 7,8 en la escala Richter y arrastro a 200 kilómetros cuadrados, que incluían el 95% de la ciudad capital, derrumbando la gran mayoría de las construcciones de adobe y ladrillo cocido. La producción provincial se vio seriamente comprometida y el Ejército tuvo que acudir en auxilio de la población afectada por la catástrofe. También se perdieron monumentos históricos, como la antigua catedral, y la casa de doña Paula Albarracín de Sarmiento.
De inmediato se organizó el socorro a los damnificados.
La contracara de la tragedia estuvo en las muestras de solidaridad popular, que se tradujo en el envío de ropas y alimentos desde todo el país.Los artistas mas famosos de la radio y el cine realizaron colectas callejeras y Libertad Lamarque es quien más dinero reune y Perón lo agradecio en una carta personal .

El coronel Perón, a cargo de la secretaría de Trabajo y Previsión, organizó la ayuda, habló por radio, presidió festivales solidarios y en pocas semanas logró recaudar más de doce millones de pesos. El gobierno promete que la histórica ciudad será reconstruida y efectivamente así se hace, aunque las tareas llevarán varios años. Con motivo de la colecta, en uno de esos festivales, realizado en el Luna Park el 22 de enero de 1944, se conocerían Perón y Evita. Perón conoce a Evita e inicia una relación sentimental.
La foto que se ve fue publicada por la revista Radiolandia en su edición del 5 de febrero del mismo año bajo el título “Calificados visitantes en Radio Belgrano” Se estima que es la primera fotografía de Peron y Evita juntos

En una entrevista de Guillermo Alamo a Silvana Roth, ella recuerda así aquel encuentro entre Perón y Evita:

-¿Cómo conociste a Eva Duarte, posteriormente Eva Perón?
-A Evita la conocí en Radio Belgrano, donde yo estaba haciendo Stella y Evita participaba en otro programa. Entre los ensayos íbamos a tomar un cafecito a una confitería cercana. Pero donde más nos encontramos era en la peluquería de Julio Alcaraz, que era el peinador de Eva, que la peinó hasta después de muerta, y que nos peinaba a todas nosotras. Allí, mientras nos hacían el color, antes las peluquerías se dividían con cortinas, nos contábamos todo. Quiero aclarar que yo a Perón lo conocí en Trabajo y Previsión, cuando nos convocaron a todas las actrices para salir a recolectar fondos por el terremoto de San Juan. Primero me impactó el discurso de Perón, allí no sé por qué motivo, sentí que ese hombre era diferente. Estaba sentada junto a Angelina Pagano y lo veo salir al (entonces) coronel Perón, que era además buen mozo que para qué te cuento, con su traje blanco escoltado por dos obreros y veo que les pone los brazos por sobre los hombros. Era impactante. A la noche siguiente se hace el Festival en el Luna Park, yo estaba sentada con papá cerca de Perón, en ese momento secretario de Trabajo y Previsión, y la veo a Evita que estaba con un vestido negro y un sombrerito negro con una pluma verde. Ella miraba, caminaba, buscando dónde sentarse, a todo esto papá me decía: "Vamos ya". Porque eran las 12 de la noche y yo tenía que levantarme a las cuatro de la mañana para ir a filmar. Me levanto y le digo: "Coronel, debo retirarme porque mañana debo ir a trabajar temprano". Antes de irme me doy vuelta y veo que Evita está sentada a lado de él. Porque había dos asientos vacíos.
Después, cuando nos encontramos en la peluquería, le pregunto a Evita:
"¿Cómo hiciste para sentarte allí?". Y comienza a contarme lo que le había pasado con el coronel. Estaba fascinada, enloquecida.

EL FINAL DE SU CARRERA ARISTICA

En 1944 aparece un reportaje a Eva Duarte que ya nos hace ver en su redacción la alta consideración que los periodistas le brindan, edulcorando el encuentro con una supuesta habilidad de Eva para tocar el piano:

REVISTA RADIOLANDIA 2 SETIEMBRE DE 1944

Estamos en la puerta de un lujoso departamento en el lujoso Barrio Norte. Junto con el timbrazo se acallan las notas de un piano en el que se iban desgranando los acordes de un vals -muy siglo XVIII, muy antiguo y muy romántico-. Segundos después nos recibe cordial y sonriente, Eva Duarte, hacia quien vamos en plan de reportaje.
¿Interrumpimos su ejecución?
Eso puede ser exageración. Tocaba el piano, simplemente.
Un vals romántico, según nos pareció escuchar.
Sí; siempre recurro a ellos para cubrir mis silencios.
Entramos. Hacemos vagar nuestra mirada por los numerosos estantes donde descansan también innumerables libros. Muchos cuadros adornan las paredes. Ardientes flores perfuman el ambiente y el rincón apenumbrado, buscando sin duda desdibujarse bajo las alas de un cóndor que lo adorna en actitud de levantarse majestuosamente, está el piano donde la dueña de casa, según su propia confesión, cubre sus silencios, que deben ser muy escasos, desde luego, por cuanto sus actividades artísticas en radio y cine le deben consumir la mayoría de sus horas.
Queremos volver sobre la ruta andada y, sobre todo, por aquellos primeros pasos en el difícil camino del arte; por aquella primera presentación que, sin duda alguna, debió producir en su alma tiernita de niña precoz una emoción tan intensa que jamás podrá alejar de sus recuerdos toda vez que, en medio de un silencio, en una pausa, le vuelva a golpear en lo más sensible de su femeneidad: el corazón.
Siempre recuerdo con profunda emoción mi primera actuación en radio. Yo era muy niña y comencé a recitar ante el micrófono de Radio Nacional. Todavía no me explico bien cómo puede vencer la nerviosidad del debut. Quizá por la misma ingenuidad o porque alentada por buenos amigos, me sobrepuse a todo y ni siquiera se notó el más mínimo furcio.
Quiere decir que apareció en este difícil mundo de la radiotelefonía nada menos que como “niña prodigio”.
Efectivamente.
Y contrariando la regla general este hecho no malogró sus esperanzas.
Afortunadamente fue así, aunque aquel recuerdo siempre lo mantuve latente a través de la trayectoria de mi carrera. No podía ser de otra manera: habla con elocuentes sonoridades en lo más grato de mi emoción y de mi sentimentalismo.
Y aquella niña prodigio siguió creciendo también en la fama. Sus afanes artísticos se vieron colmados de inmediato y alcanzó el primer escalón en la difícil cuesta.
En el viejo teatro Comedia de la calle Pellegrini desempeñé mi primer papel central. Fue en la pieza titulada La señora de los Pérez. Pero no seguí en el teatro. Había algo que obligaba más mis afanes: el radioteatro ya que estaba, y aún estoy convencida en forma absoluta, que es un conducto directo para llevar nuestra emoción a toda clase de auditorios y, sobre todo, salvando las distancias más imposibles. Por ello, en 1938 debuté al frente de mi compañía de radioteatro, y desde entonces ininterrumpidamente he continuado en esa labor. ¿Con mi satisfacción? ¡Desde luego!¿Con la de los radioescuchas? Posiblemente también, ya que sus manifestaciones epistolares o telefónicas así autorizan a creerlo. Afinqué mis esperanzas en el radioteatro. Creo haberlas colmado bien. Si ha sido así, habré cumplido un destino, y ello significa una vida aprovechada. En caso contrario valga el hecho fundamental de que mis afanes más sinceros fueron alcanzar esa finalidad. Esto también es suficiente para justificar el deseo de cumplir dignamente una etapa de la vida.
Evidentemente es así. El haber alcanzado un destino justifica una vida. Si a eso no se llegó, pero los afanes llevaban esa orientación, el aporte dado siempre debe merecer alta consideración. Por eso desviamos la conversación hacia el cine, que, junto con el radioteatro, constituyen la base fundamental de la carrera artística de Eva Duarte.
Antes que nada- nos dice- debo aclarar que no deseo hacer teatro, como se ha dado en decir. No lo deseo porque esta expresión artística acapara demasiado nuestras vidas. Todas las proposiciones que en este sentido se me han hecho las he rechazado de plano. Aclarado este punto contestaré la pregunta relacionada con el cine, dentro del que estoy realizando en estos momentos una película de verdadera enjundia: La cabalgata del circo, en la que me toca en suerte actuar, bajo la experta dirección de Mario Soffici, en los estudios de San Miguel. También en esto he puesto en juego mis grandes esperanzas y mis más sinceros entusiasmos. Esperemos entonces su terminación para que crítica y público den la palabra definitiva.
¿Y después de esta película?
Indudablemente vendrán otras, pero el tiempo que media entre este momento en que hablamos y la posible iniciación de las otras es un poco largo, por lo que prefiero no hacer ahora el menor comentario. Esperemos su hora, y cuando ella llegué hablaremos largo y tendido.
¿Es que teme, acaso, barajar el futuro?
No, en forma absoluta no le temo al futuro. Muy por el contrario, espero de él tanto, que sus proyecciones han obligado a que hasta mi misma carrera artística pase casi a segundo plano. Preparándome para ese futuro, quiero primordialmente vivir la hora actual con sus alegrías y sus tristezas, ya que por la misma razón de que aquellas abundan, éstas se aparecen de vez en cuando. Afortunadamente esas esporádicas apariciones no alcanzan ni con mucho a empañar la brillantez de las primeras. Y vivir la vida es seguir actuando en radioteatro cumpliendo este contrato que alcanza hasta el 31 de diciembre de 1945 y, sobre todo, estas otras audiciones en Radio del Estado –“Hacia un futuro mejor”-, que por ser de exaltación nacional y de finalidad altamente patriótica cumplimos en forma absolutamente desinteresada todos sus integrantes. Quiero vivir la hora -repite sonriente como si acariciara gratos recuerdos- y vivir también el halago de la culminación de mi carrera artística.
Indudablemente habíamos alcanzado el término de la entrevista. Nos habíamos impuesto de la carrera artística que Eva Duarte comenzara como “niña precoz” y la culminara en el estrellato radial y cinematográfico. Habíamos alcanzado también su emoción de mujer, que frente a la realidad de su hora quiere vivirla intensamente pero preparándose hacia su idealidad y su futuro; un futuro que según su propia expresión ha relegado a segundo término el halago del éxito artístico.
¿Y por último?, preguntamos.
Por último, nada más que lo que hemos conversado ya: mis afanes artísticos cumplidos y mis esperanzas reflejando gratamente en el fondo de mí corazón."
Como vemos muchos datos están cambiados, como su aparición en radio como niña prodigio o que en "La Señora de Perez" haya tenido un papel central, todo eso era parte del edulcorado natural para esa época cuando se buscaba resaltar al entrevistado. Es muy probable que ese lujoso departamento de Barrio Norte que se cita, haya sido el de la calle Posadas. Y se cierra este reportaje diciendo que sus afanes artísticos estaban ya cumplidos lo que seguramente era cierto y allí comienza la otra historia, la de Evita Pueblo.

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